Historia Universal Uno Material

miércoles, 6 de junio de 2007

Seminario Interplanteles Material UnidadTresHUUno

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
COLEGIO DE CIENCIAS Y HUMANIDADES
MATERIAL DE APOYO PARA EL ALUMNO
HISTORIA UNIVERSAL MODERNA Y CONTEMPORÁNEA I
UNIDAD III
TRANSICIÓN A LA SOCIEDAD CAPITALISTA.
LAS REVOLUCIONES BURGUESAS
(SIGLO XVI A PRINCIPIOS DEL XIX)
SEMINARIO INTERPLANTELES DE APOYO A HISTORIA UNIVERSAL MODERNA Y
CONTEMPORÁNEA I-II (RUBRO 3)
CICLO ESCOLAR 2003-2004
COORDINADORES: VÍCTOR DAVID JIMÉNEZ MÉNDEZ Y ROMÁN ARTURO SÁNCHEZ MORALES
INTEGRANTES: ISMAEL ANTONIO COLMENARES MAGUREGUI, JAIME HORACIO CRUZ CERVANTES,
ARTURO DELGADO GONZÁLEZ, MAXIMIANO ESPINA MIRANDA, MIGUEL ÁNGEL GALLO TIRADO, JESÚS
ANTONIO GARCÍA OLIVERA, ARACELI JIMÉNEZ REYES, JAIME LOPEZ SÁNCHEZ, BERNABÉ OCAMPO
CASTRO, VÍCTOR EFRAÍN PERALTA TERRAZAS y RICARDO ANTONIO REYES JUÁREZ
NOVIEMBRE 2003
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Historia Universal I Material de Apoyo
Los viajes de Cristóbal Colón, marino genovés al
servicio de la Corona de Castilla, y las expediciones de
los portugueses a África y Asia, ampliaron el mundo
que los europeos conocían, pero su consecuencia más
importante fue que abrieron grandes posibilidades al
comercio….
Productos
El comercio tradicional se hacía con dos productos,
el oro y las especias. En cuanto al oro, la llegada
masiva de metales preciosos de América en el siglo
XVI, que coincide con un aumento de población, va a
provocar un aumento general de los precios, la llamada
revolución de los precios. En realidad lo que ocurrió
es que la producción aumentaba más despacio que la
cantidad de dinero: había poco que comprar y mucho
oro y plata para hacerlo. Como consecuencia, los precios
subieron.
Las especias, y en especial la pimienta, se
empleaban para conservar alimentos, eran consideradas
productos de lujo y, además, se vendían a un alto
precio y, con grandes beneficios. Sin embargo, a partir
del siglo XVI, este comercio se extendió a otros productos,
pero, sobre todo, fue organizado en beneficio
de los países más desarrollados de Europa; es decir,
Inglaterra, Holanda y Francia. Vamos a ver esta evolución
por zonas:
Mercados
Del sur de Asia, la zona que los europeos llamaban
Indias orientales, se importaban especias, sobre
todo pimienta y, a partir del siglo XVII, productos y
materias primas textiles. Esta era la única zona donde
Occidente compraba más de lo que vendía.
De Europa oriental se obtenían cereales y
madera para los barcos y se vendían productos elaborados,
sobre todo artículos de lujo para la nobleza.
En África se compraban esclavos a cambio
de pólvora, armas, bebidas y productos textiles traídos
de las Indias orientales. En realidad, el tráfico de esclavos
es uno de los episodios más trágicos de la historia.
Entre 1550 y 1870 fueron llevados a América casi
diez millones de africanos, y se calcula que un 20 por
cien moría durante el viaje.
En el sur y centro de América el comercio
estaba reservado a las Coronas de Castilla y Portugal.
Se importaban metales preciosos a costa del trabajo
de la población india en unas condiciones a menudo
infrahumanas (la población de México bajó de 25 millones
en 1519 a 5 millones en 1600, debido tanto a
esta explotación como a las enfermedades introducidas
por los europeos) y se exportaban productos manufacturados
para la población de origen europeo, la
mayoría comprados en Inglaterra, Holanda o Italia, ya
que España y Portugal eran incapaces de producirlos.
En América del norte y en las costas de Brasil
y Venezuela se vendían esclavos africanos para
las plantaciones y se compraba azúcar, tabaco y café.
Consecuencias
Los gobiernos fomentaron el comercio con políticas
mercantilistas que trataban de aumentar la producción
nacional y las exportaciones. De esta forma
se produjo un gran desarrollo de las técnicas comerciales
y financieras; por ejemplo, sociedades por acciones
(como las compañías comerciales), letras de
cambio, cheques y bancos, entre otras. Sin embargo,
las consecuencias de este comercio no fueron iguales
Aprendizajes
El alumno conocerá el proceso de acumulación originaria de capital y el papel histórico que jugaron
América y África.
Contenidos temáticos
La expansión colonial europea: sus repercusiones y las respuestas de los pueblos colonizados
ante la conquista y dominación
Ejercicios y sugerencias de aprendizaaje número veinticuatro
I. Lectura y análisis.
• Mientras se va leyendo el texto seleccionado: “El comercio”, localiza en una mapa las actividades
económicas que se mencionan en el texto, fijándose sobre todo en las regiones que cada potencia dominaba
y en los bienes materiales que podían obtenerse de ellas y de sus cercanías, tratar de reconstruir las
regiones y los bienes materiales que se indican en el primero. Conviene usar lápiz para facilitar las correcciones.
EL COMERCIO
José Corbella et al*
Tomado de Historia. Ciencias Sociales. Madrid, McGraw Hill, 1995, pp. 69-70.
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Material de Apoyo Historia Universal I
en todos los países:
En Francia la monarquía creó manufacturas,
compañías de comercio, etc. Sin embargo, el país seguía
dominado por una nobleza terrateniente que disponía
de la mayoría de la riqueza y vivía de la explotación
de sus grandes territorios. Así hasta que la revolución
de 1789 acabó con esta situación.
España y Portugal, a pesar de contar con un
gran mercado colonial, eran países agrícolas, dominados
por una nobleza con grandes latifundios que exportaba
materias primas y alimentos. Además no disponían
de mano de obra preparada y los gremios limitaban
la producción. Los comerciantes importaban productos
extranjeros que después vendían en las colonias
y así, el comercio español y portugués estimuló el
crecimiento de otros países: a mediados del siglo XVII
sólo el 5 por cien de las mercancías que llegaban a
América eran de origen español.
Holanda era la primera potencia comercial de
Europa. La mayoría de su comercio consistía en comprar
en cualquier lugar del mundo para vender más
caro en otra parte. Los beneficios se empleaban en
aumentar este comercio y no en desarrollar su propia
producción. Por ello, el desarrollo de otros países, en
especial de Inglaterra, le hizo perder los mercados.
En Inglaterra (Reino Unido de la Gran Bretaña
desde 1707, con la unión de Inglaterra y Escocia) el
comercio sí sirvió para desarrollar las manufacturas.
La burguesía se hizo con el poder a mediados del siglo
XVII, eliminó a sus competidores extranjeros (mediante
guerras con Holanda y Francia) y se quedó con el
control del comercio mundial. A principios del siglo XVIII,
la economía inglesa era la más dinámica y se encontraba
en pleno desarrollo.
*
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Historia Universal I Material de Apoyo
En manos de las clases burguesas, el dinero acumulado
se convierte en capital. El dinero se acumula para que
produzca plusvalía. La plusvalía así acumulada,
después de la deducción de un mínimo necesario para
una subsistencia «digna del rango», es a su vez
capitalizado, transformado en capital, con objeto de que
produzca una nueva plusvalía. Una tal acumulación de
valores que produzcan nuevos valores es, a la larga,
imposible por simples transferencias periódicas de
riquezas de un país a otro, de una clase a otra. O bien
la acumulación del capital mantenido en los límites de
esta transferencia acaba por detenerse, cegándose
necesariamente las fuentes, o bien encuentra una
nueva salida gracias a la introducción del capital en la
producción misma, resultado último de la economía
monetaria. Esta penetración del capital en la esfera de
la producción crea las condiciones de un ilimitado
desarrollo de las fuerzas productivas. Desde este
momento las necesidades restringidas de consumo de
la clase poseedora dejan ya de servir de freno a las
fuerzas productivas. Por el contrario, la necesidad de
valorar el capital, que es ilimitada por su propia
naturaleza, permite la supresión de todo freno al
desarrollo de las fuerzas productivas.
El capital usurario
El capital usurario constituye la primera forma
de aparición del capital en una economía todavía fundamentalmente
natural, agrícola, productora de valores
de uso. El capital usurario, el tesoro acumulado por
una institución o por un individuo, suple a la penuria de
reservas sociales. Hesíodo cuenta cómo los antiguos
campesinos de la Grecia arcaica, en caso de necesidad,
tomaban prestado trigo de los vecinos más favorecidos,
para devolvérselo más tarde con un suplemento.
A través de los siglos, este capital usurario que aparece
en forma de valores de uso ha sido una modalidad
común a las civilizaciones esencialmente agrícolas
(Babilonia, Egipto, China, la India y Japón). En
sumerio, el término mas (interés) significa literalmente
«bestia joven» (Tierjunges) y atestigua claramente el
origen del capital usurario en los préstamos en especie.
El capital usurario en forma de préstamo en especie
representa para los campesinos lo mismo que el
capital usurario en forma de adelantos de dinero representa
para los señores y los reyes. Durante el período
de transición de la economía natural a la economía
monetaria, los usureros de Francia tenían como función
esencial la de adelantar dinero a los reyes sobre
los impuestos que todavía se pagaban esencialmente
en especie. Las guerras, el hambre y demás catástrofes
naturales y sociales exigen excepcionales concentraciones
de dinero. La transformación de los tesoros
de objetos realizados en metales preciosos en capital
usurario, o la utilización del capital mercantil de merca-
Aprendizajes
El alumno conocerá el proceso de acumulación originaria de capital y el papel histórico que jugaron
América y África.
Contenidos temáticos
La acumulación originaria de capital, el despojo y la ruina de los productores directos, el mercado
mundial, las manufacturas, el mercantilismo de los Estados absolutistas
Ejercicios y sugerencias de aprendizaje número veinticinco
I. Lectura y análisis.
1. Lee y subraya los conceptos mas importantes.
II. Resuelve la siguiente guía de lectura:
1. Elabora un esquema comparativo explicando las características del capital usurario, capital mercantil y
capital manufacturero.
2. En que consistió la revolución comercial.
3. Establece la diferencia entre la industria a domicilio y la manufactura.
CAPITALISMO COMERCIAL Y ACUMULACIÓN
Ernest Mandel
Tratado de Economía marxista. Vol. I, pág. 92-107
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Material de Apoyo Historia Universal I
deres extranjeros como capital usurario, proporcionan
la fuente principal de estas concentraciones.
Cuando el cambio comienza a generalizarse y
crea ya un amplio sector monetario en la economía,
pero cuando al mismo tiempo la mayor parte de los
productores y las clases poseedoras cobran todavía
sus rentas en forma de valores de uso, el capital
usurario conoce su edad de oro. Prestar dinero a intereses
usurarios se convierte en la fuente principal de
beneficio. El Mahabarata, la antigua epopeya hindú,
coloca a la usura a la cabeza de todas las fuentes de
riqueza:
«Por la usura, la agricultura, el comercio y la ganadería,
puedes tú adquirir el poder de la riqueza, o
rey de reyes.»
Todos los vetos religiosos o políticos no impiden
que el capital usurario mine en esa época las relaciones
sociales. Las deudas de los grandes; las ruinas de
los pequeños; la expropiación de los campesinos endeudados,
si no su venta como esclavos la concentración
de tierras: he aquí las calamidades tradicionales
que el capital usurario provoca en esta fase del desarrollo
social. La mayor parte de los trastornos sociales
proceden en esa época de revueltas contra esos efectos
disolventes del capital usurario. En la Grecia de los
siglos V y IV a. de C., el grito general de guerra era:
«Redistribución de las tierras y abolición de las deudas.
» La Roma de los tiempos de la república; la sociedad
china en las épocas de decadencia de cada dinastía;
Bizancio y la India en varias épocas de su historia
ofrecen un espectáculo semejante.
De nada sirven la legislación de Solón en Atenas,
la de los decumviri en Roma o la del ministro chino
Wang An-Shi bajo la dinastía Sung; de nada tampoco
la ley agraria de Bizancio. Aunque todas ellas se
esfuercen en detener esta influencia del capital usurario,
sólo conseguirán retardar el vencimiento de las deudas
sin poder modificar el sentido general de la evolución.
César emprende la guerra de rapiña contra las
Galias para desembarazarse de una carga de deudas.
Para que los ciudadanos romanos pudieran librarse algo
de la presión del capital usurario durante los primeros
siglos del imperio, fue preciso que se lanzasen al pillaje
del mundo mediterráneo y acumularan enormes riquezas.
Cuando ese imperio se descompone, el capital
usurario subsiste durante mucho tiempo después
de la desaparición del gran comercio y los lamentos de
los autores sobre los intereses usurarios se suceden
monótonamente de siglo en siglo. Una de las causas
de la extensión de la servidumbre y de la economía
feudal fue la imposibilidad en que se encontraron los
campesinos libres de pagar los impuestos y las multas
fijados en dinero cuando éste se había hecho muy raro
y muy caro (con relación a los productos agrícolas). En
el siglo VI, un buey valía de 1 a 3 solidí, pero un wergeld,
podía elevarse basta 800. El mismo factor ha tenido un
importante papel en el desarrollo del feudalismo en el
Islam, Japón y Bizancio. Lo que se ha dicho anteriormente
respecto a la posibilidad de extensión de una
economía monetaria.
Durante la Edad Media, la necesidad de defender
una economía fundamentalmente natural contra los
efectos disolventes de la economía monetaria y del
capital usurario, lleva a la iglesia católica a condenar
violentamente en Europa occidental el préstamo de dinero
con interés. Para escapar a esta prohibición, el
capital usurario se presenta entonces bajo una forma
particular: La compra de la renta de la tierra. A cambio
de una cantidad global, un propietario de tierras cede
al prestamista las rentas anuales de sus tierras, hasta
que haya reembolsado el capital adelantado. De hecho,
la tierra se convierte en propiedad del prestamista;
el propietario la recobra pagando su deuda.
Esto sólo era una forma especial del préstamo
con garantía que, tanto en Europa medieval como en
la India, China o Japón, constituye la operación preferida
del capital usurario en una economía natural en
lenta disolución. La compra de la renta de terrenos,
que ha jugado un importante papel en la economía
europea medieval, índica claramente cuál es la fuente
de la plusvalía obtenida por el capital usurario: la transferencia
de las rentas de los señores (o de los campesinos)
a los usureros. La acumulación de capital usurario
a expensas de los propietarios de tierras constituye
esencialmente una transferencia del sobreproducto
agrícola a las manos de los usureros.
Cuando la economía monetaria se generaliza,
el capital usurario propiamente dicho pierde su puesto
preponderante y retrocede hacía las capas oscuras de
la sociedad, donde sobrevive durante siglos a costa de
la gente modesta. Eso no quiere decir que los grandes
no necesiten ya dinero: necesitan más que antes. Pero
el comercio se ha convertido, entre tanto, en el campo
de acción y la fuente esencial de beneficio del capital.
El crédito y el comercio se combinan, es la época —del
siglo XIII y XIV— en que aparecen en Europa los grandes
mercaderes financieros italianos, flamencos y alemanes.
El capital mercantil
La aparición de una clase autóctona de comerciantes
en el interior de una economía fundamentalmente
natural supone una acumulación primitiva de
capital-dinero. Este procede de dos fuentes principales:
la piratería y el bandidaje, por un lado; la apropiación
de una parte del sobreproducto agrícola o incluso
del producto necesario del campesino por otro.
Los primeros mercaderes-navegantes reúnen su
pequeño capital inicial mediante razzias en territorio extranjero,
operaciones de bandidaje y piratería. En todos
los tiempos, el comercio marítimo se confunde en
sus orígenes con la piratería. El profesor Takekoshi
señala que el primer aflujo de capital-dinero en el Ja99
Historia Universal I Material de Apoyo
pón (siglos XIV y XV) se obtuvo por los piratas que
operaban sobre las costas chinas y coreanas:
«Mientras que el gobierno japonés intentaba por
todos los medios ganar dinero por el comercio exterior,
los piratas japoneses emplearon el procedimiento más
directo del pillaje y, dado que su botín consistía en oro
y plata, en numerario de cobre y otros tesoros, es difícil
estimar el valor de las riquezas que trajeron a Kyushu,
Shikoju y las regiones marítimas de las islas en las provincias
centrales del Japón. Algún tiempo después estos
tesoros robados insuflaron una nueva vida a todo
el país.»
La acumulación de capital-dinero por los mercaderes
italianos que dominaron la vida económica europea
durante los siglos XI al XV procede directamente
de las cruzadas, que fueron una enorme operación de
rapiña.
«Sabemos, por ejemplo, como en 1101 los
genoveses ayudaron a los cruzados en la conquista y
el pillaje del puerto palestino de Cesárea. Recibieron
ricas recompensas para sus oficiales, y remuneraron
con el 15% del botín a los propietarios de los navíos,
distribuyendo el resto entre ocho mil marinos y soldados;
cada uno de ellos recibió 48 solidi y una libra de
pimienta. Cada uno de ellos se transformó, pues, en
un pequeño capitalista».
El cronista medieval Geoffroi de Villehardouin
cuenta la respuesta dada por los Dux de Venecia a la
petición de ayuda de los nobles occidentales para la IV
cruzada (1202):
«Entregaremos barcos suficientes para transportar
4,500 caballos y 9,000 jinetes, y barcos para transportar
4,500 caballeros y 20,000 sargentos a pie. Y nos
comprometemos a proporcionar alimentación durante
nueve meses a todos esos caballos y hombres. Esto
será el mínimo que daremos, y nos pagaréis cuatro
marcos por caballo y dos por hombre. La suma de vuestro
pago será, pues, de 85,000 marcos. Y haremos más:
contribuiremos con 50 galeras, por amor a Dios, si se
conviene que mientras subsista este acuerdo tendremos
la mitad (y vosotros la otra) de todas las conquistas
que hagamos por mar o tierra.»
Más tarde, en los siglos XV y XVI, la acumulación
primitiva del capital-dinero de los mercaderes portugueses,
españoles, holandeses e ingleses procederá
también de la misma fuente.
En una economía fundada esencialmente en la
producción simple de mercancías, el comercio al detalle,
e incluso el comercio al mayoreo de productos de
primera necesidad, es al principio estrictamente limitado
y reglamentado. Prácticamente unido al artesanado,
este comercio difícilmente puede permitir una importante
acumulación de capital mercantil. Sólo el comercio
exterior, internacional, hace posible tal acumulación.
Este comercio versa esencialmente sobre los artículos
de lujo destinados a las clases poseedoras. Gracias a
él, los mercaderes se apoderan de una parte de la sobreproducción
agrícola de que viven las clases poseedoras
terratenientes. En la Europa occidental el desarrollo
del comercio durante la Edad Media, el comercio
de especias y productos de Oriente, así como el comercio
de paños flamenco e italiano, constituye el auge
de un comercio de lujo típico.
Y lo mismo ocurre en toda sociedad en la que el
capital mercantil se desarrolla. El inspector de aduanas
de la provincia china de Fukien, Chan Ju-Kua, ha
dejado un cuadro de comercio chino durante los siglos
XII y XIII de nuestra era. Enumera 43 artículos de importación:
alcanfor, incienso. mirra, ámbar, carey, cera
de abejas e incluso papagayos. En la antigüedad japonesa,
el comercio fue exclusivamente un comercio de
lujo, afirma Georges Bonmarchand. Andreades precisa
que las exportaciones bizantinas eran casi exclusivamente
exportaciones de artículos de lujo. El comercio
del imperio del Islam en la época de su apogeo se
limita también, en gran parte, a los artículos de lujo.
López enumera en la forma que sigue las mercancías
en que se centra este comercio:
«Esmeraldas de Egipto, turquesas de Nishapur,
rubíes del Yemen, perlas del golfo Pérsico, coral del
Africa del Noroeste, mármol de Siria y Azerbaidján, paño
de Egipto, del Yemen y de Persia, algodón de Marv,
Persia Oriental y España, seda del Turquestán y de la
región sur del Mar Caspio, tapices de Persia, cuero de
Andalucía, alfarería de Khorasán, vidrierías de la costa
siria, hierro de Farghana... agua de violetas de Irak,
agua de rosas de Irán, incienso y ámbar gris árabes,
higos de Magreb y España, dátiles de Irak y Africa,
melones de Turquestán, aceite de oliva de Túnez, azúcar
de Persia, del Yemen y Palestina, azafrán del noroeste
de Persia, esturión del lago de Van, «tierra comestible
» del Kuhistán, vinos finos de Irak y España.
Antes de la llegada de los holandeses a
Indonesia, los mercaderes chinos llevan al gran centro
comercial de Batán porcelana, seda, damasco terciopelo,
hilaturas de seda, hilados de oro, tela de oro,
anteojos, abanicos de valor, medicamentos, mercurio,
etc., para comprar especias, moscatel, marfil, conchas
e índigo, todo ello artículos de lujo. (La América precolombina
había llegado al umbral de la aparición del
capital mercantil en el momento de la invasión española.
El comercio internacional embrionario que se había
establecido entre los Incas y los Aztecas tenía como
objeto los metales y los productos de lujo: «Los Incas
venden a los Aztecas metales y aleaciones, bronce,
tumbaga (aleación de cobre y zinc) y principalmente
combinaciones de plata, oro y cobre. Estos les dan a
cambio piedras preciosas, como amatistas, esmeraldas
y obsidiana, y todavía más el fruto del trabajo altamente
especializado de sus más famosas corporaciones:
armas, tintes, tejidos de algodón bordado, joyas. )
Con objeto de realizar la plusvalía a expensas
100
Material de Apoyo Historia Universal I
de los compradores nobles, los mercaderes de artículos
de lujo tienen que asegurarse verdaderos monopolios
de compra y venta. “Como no ambicionaban
ninguna hegemonía territorial. no deseaban [los fenicios
v los cartagineses] penetrar hasta el interior [de
Africa] pues estaban seguros. por su larga experiencia,
de poder dominar eficazmente a los habitantes por
medio de monopolios comerciales hábilmente ideados”.
Todo el comercio medieval de lujo es un comercio de
monopolio. Durante seis siglos la prosperidad de
Bizancio se basó en su papel de almacén exclusivo de
las sedas v especias de Oriente. La pérdida de este
monopolio en beneficio de Venecia constituyó el fin del
poder bizantino.
Cuando las ciudades italianas dominaron el comercio
mediterráneo, habían obtenido a su vez monopolios
del comercio con Egipto, nuevo almacén de las
especias de Oriente, y con los pueblos ribereños del
Mar Negro. Durante la misma época, en el Báltico y en
el Mar del Norte, el comercio de arenques, trigo y madera
se transforma en comercio a gran escala, gracias
a los monopolios de hecho que los comerciantes alemanes
establecieron en Escandinavia y las regiones
recientemente colonizadas del Este. Pero estos monopolios
fueron eliminados por la competencia encarnizada
entre burgueses mercaderes de diversas ciudades
y, sobre todo, por la competencia holandesa. Semejante
competencia permite a los vendedores aumentar
sus precios y obliga al mismo tiempo a los mercaderes
a disminuir sus propios precios de venta, reduciendo
así brutalmente su margen de beneficio.
El capital acumulado por los grandes mercaderes
que operan en una sociedad fundada en la producción
simple de mercancías no puede, pues, reinvertirse
continuamente en el mismo comercio internacional.
Desde el momento en que el capital mercantil se ha
extendido suficientemente, debe esforzarse en limitar
toda nueva expansión, so pena de destruir él mismo
las raíces monopolísticas de sus ganancias. Los mercaderes
de esa época acaban por invertir una considerable
parte de sus ganancias en otros terrenos: la propiedad
de tierras, la usura, el gran crédito internacional.
Cicerón aconseja al mercader al por mayor que
invierta sus ganancias en propiedades de tierras. El
Talmud (comentario judío del Antiguo Testamento), en
el siglo III de nuestra era, aconseja invertir un tercio de
la fortuna en tierras, un tercio en el comercio y el
artesanado, y conservar el otro tercio en forma de dinero
líquido.
No ocurría otra cosa en la antigua India, en China,
Japón y Bizancio. En los siglos XI y XII, los mercaderes
judíos poseyeron casi un tercio de las tierras del
condado de Barcelona. Gras cuenta que el tratado de
prosa noruego El espejo del rey, redactado hacia 1260,
aconseja a los mercaderes ambulantes invertir los dos
tercios de sus ganancias en tierras. En el siglo XIII, en
la ciudad de Génova “incluso los mercaderes más importantes..
apoyaron sus inversiones comerciales en
inversiones agrícolas muy considerables; y detrás del
grupo interesado en el comercio, existía otro grupo,
mucho más amplio, que, poco influido por el espíritu
aventurero del capitalista, había asentado su sistema
financiero directamente en la tierra».
En cuanto a los grandes mercaderes italianos y
alemanes de los siglos XIII, XIV, XV y XVI, los
Bonsignori, Scotti, Peruzzi, Bardi, Medici, Fugger,
Welzer y Hochstátter, el capital que adquirían por el
comercio lo empleaban en grandes operaciones de crédito,
y una parte importante de las ganancias era utilizada
en la compra de tierras.
La revolución comercial
A partir del siglo XI, la expansión del comercio
aceleró en Europa occidental el desarrollo de una economía
monetaria. Pero en el numerario seguía siendo
muy escaso. Al finalizar la decadencia económica que
acompañó a la guerra de Cien Años, la falta de numerario
se hizo opresiva. Por todas partes se vuelven a
abrir las antiguas minas, abandonadas desde la época
romana, o se intenta descubrir otras nuevas. Los progresos
de los turcos y las transformaciones radicales
que se producen a lo largo de las antiguas vías comerciales
de Asia central, redoblan los esfuerzos para
eliminar el monopolio veneciano del comercio de especias.
Finalmente, se obtiene un éxito imprevisto, el
descubrimiento de América. El pillaje de México y Perú,
la circunnavegación de Africa, el establecimiento de
contacto marítimo con la India, Indonesia, China y Japón,
transforman completamente la vida económica en
Europa occidental. Se produce la revolución comercial,
la creación de un mercado mundial de mercancías, la
transformación más importante en la historia de la humanidad
desde la revolución metalúrgica.
Los metales preciosos, cuyo precio de producción
se había conservado estable durante un milenio,
se vieron bruscamente envilecidos por importantes revoluciones
técnicas (separación de la plata del cobre
mediante el plomo; empleo de máquinas de drenaje;
perforación de galerías de salida perfeccionadas; utilización
del bocarte; etc.). Esto trae consigo una importante
revolución en los precios: una misma cantidad de
dinero sólo es ya equivalente de una cantidad inferior
de mercancías. De los países donde primero se aplicaron
estos métodos de explotación —Bohemia,
Sajonia y Tirol en el siglo XV— la revolución de precios
se extendió rápidamente a España en el siglo XVI. El
pillaje del tesoro de Cuzco y la apertura de minas de
plata en Potosí disminuían más radicalmente todavía
los gastos de producción de metales preciosos mediante
la utilización de mano de obra servil. Inmediatamente,
el alza de precios se extendió por toda Europa, donde
la nueva masa de metales preciosos se dispersó.
Se aceleró así la ruina de la nobleza y de las
101
Historia Universal I Material de Apoyo
clases asalariadas. Por primera vez en la historia humana,
la propiedad de la tierra perdía el predominio
económico, adquirido desde el origen de la civilización.
Durante los siglos XVI al XVIII, el descenso de los salarios
reales —que se manifestó, sobre todo, por la sustitución
de pan por patatas baratas en tanto que alimento
popular de base— se convertía en una de las
principales fuentes de la acumulación primitiva del capital
industrial.
«En Inglaterra y Francia, la gran distancia entre
[el alza de los] precios y [el alza de los] salarios resultante
de la revolución de aquéllos, absorbe una gran
parte de los ingresos que los trabajadores habían recibido
hasta entonces, y desvía esta riqueza hacia los
beneficiarios de otras partes distributivas. Como hemos
mostrado, la renta, lo mismo que los salarios, va
en retraso con respecto al movimiento de los precios;
los terratenientes no extrajeron ninguna ganancia de
las pérdidas de los trabajadores. «Estas beneficiaron,
pues, únicamente a los empresarios capitalistas. Entre
1500 y 1602, el índice de los salarios pasaba en Inglaterra
de 95 a 124, en tanto que para los precios pasaba
de 95 a 243.
Como consecuencia de la balanza comercial
deficitaria de España, del estancamiento y la decadencia
de su artesanado, el conjunto de los tesoros de oro
y plata pirateados o adquiridos por la dominación de
indios y negros, acaba por ir a parar a manos de la
burguesía de Europa occidental (es decir, a Alemania,
Francia, los Países Bajos y Gran Bretaña). Los suministros
de guerra para los numerosos conflictos dinásticos
que desgarraron a Europa durante esos tres siglos,
constituyeron también importantes palancas de
esta acumulación de capital comercial. Los hermanos
Paris, los capitalistas franceses más importantes del
siglo XVIII, deben su fortuna a esos suministros. La
aparición de la deuda pública, del empréstito en forma
de valores de Estado negociables en bolsa —en principio
las de Lión y Amberes, más tarde la de Amsterdam,
que predominó durante un largo período— representa
otra palanca de esta acumulación primitiva de capitales
alimentada, además, por el pillaje de América y las
Indias. («Las ferias, que tanta importancia tienen durante
la época en que el comercio tiene todavía un carácter
únicamente periódico, pierden poco a poco su
antigua importancia a medida que se desarrolla el comercio
sedentario y urbano. A partir del siglo XVI comienzan
a aparecer bolsas mundiales... que van ocupando
cada vez más su lugar. En las ferias, las transacciones
financieras sólo nacían por y a consecuencia
de las transacciones comerciales. En las bolsas, ya no
se traen las mercancías; sólo se comercia con los valores
que las representan».)
Igual que la acumulación primitiva del capital mercantil,
la acumulación primitiva del capital comercial se
efectúa, ante todo, por medio del bandidaje y la piratería.
Scott observa que hacia 1550 reina en Inglaterra
una gran penuria de capitales. En algunos años, las
empresas de piratería contra la flota española organizadas
en forma de sociedades por acciones, modificarán
la situación La primera empresa de piratería de
Drake, que data de los años 1577-1580 se lanzo con
un capital de 5,000 libras en el que participaba la reina
Isabel. Esta empresa produjo unas 600,000 libras de
ganancia la mitad de las cuales recibió la reina. Beard
calcula que durante el reinado de Isabel los piratas introdujeron
en Inglaterra unos doce millones de libras
esterlinas. Es conocida la espantosa barbarie de los
conquistadores españoles en las Américas. En 50 anos,
exterminaron 15 millones de indios si hemos de creer a
Bartolomé de las Casas, y 12 millones según críticos
más «conservadores». Regiones de población densa
como Haití, Cuba, Nicaragua y la costa de Venezuela,
fueron totalmente despobladas. La acumulación primitiva
del capital comercial portugués en las Indias se
caracterizó por parecidas manifestaciones «civilizadoras
»:
«El segundo viaje de Vasco de Gama (1502-
1503), a la cabeza de una verdadera flota de guerra de
21 navíos, condujo a la sustitución del monopolio egiptoveneciano
por un nuevo monopolio (para el comercio
de especias). Este se estableció en medio de sangrientos
episodios. Fue una especie de cruzada (!) de los
traficantes de pimienta, clavo y canela. Se realizaron
espantosas atrocidades; todo parecía permitido contra
esos musulmanes aborrecidos que el lusitano se encontró
con sorpresa al fin del mundo, después de
haberlos echado de Algarve y combatido en la tierra
berebere. Incendios y matanzas, destrucción de ricas
ciudades, navíos quemados con sus tripulaciones, prisioneros
pasados a cuchillo y cuyas manos, nariz y orejas
se enviaban como burla a los reyes «bárbaros»,
tales son las proezas del Caballero de Cristo: sólo perdonó
la vida, después de haberle mutilado, a un brahmán
encargado de llevar a los soberanos locales estos
horribles trofeos».
Hauser acaba de indicar hasta qué punto la nueva
expansión comercial sigue fundada en el monopolio.
No hay motivo, pues, para extrañarse al saber que
en las Molucas, los mercaderes holandeses, cuyas ganancias
dependían del monopolio de especias obtenido
por las conquistas en el archipiélago indonesio, cuando
los precios comenzaban a descender en Europa,
se lanzaban a la destrucción masiva de los árboles de
canela. Los «viajes Hongi» para destruir esos árboles
y asesinar en masa a la población, que desde hacia
dos siglos extraía de ellos su subsistencia, han dejado
un sello siniestro en la historia de la colonización holandesa.
Por otra parte, ésta había comenzado bajo el
mismo signo, pues el almirante J. P. Coen no había
dudado en exterminar a todos los habitantes varones
de las islas Banda.
102
Material de Apoyo Historia Universal I
El origen de la plusvalía obtenida por el capital
comercial precapitalísta es, pues, idéntico al de la
plusvalía acumulada por el capital usurario y el capital
mercantil. El siguiente cuadro de los precios de compra
y venta de la Compañía francesa de las Indias Orientales
en 1691 nos proporciona a este respecto una
notable ilustración:
Precio de venta Precio de compra
Tejido de algodón blanco y muselina
327,000 £ 1,267,000
Sedas 32,000
97,000
Pimienta (cien mil libras peso) 27,000
101,000
Seda bruta 58,000
111,000
Salitre 3,000
45,000
Hilo de algodón 9,000
28,000
Total teniendo en cuenta algunas partidas más
pequeñas,487,000- 1,700,000
Es decir, una cuota de ganancia de cerca del
250%, ¡ en el comercio ‘’normal’’!
Por lo demás, uno de los pioneros del gran comercio
holandés, Guillaume Wisselinx, escribe claramente
en un panfleto aparecido a principios del siglo
XVII:
»El comercio en la costa de Guinea fue, efectivamente,
provechoso para el país en dos formas: en
primer lugar, se adquirían valiosas mercancías de gentes
que ignoraban todavía el valor de éstas; en segundo
lugar, se las cambiaba por mercancías europeas de
valor mucho más reducido.»
Si la revolución comercial provocó un encarecimiento
general de las mercancías, fue también causa
de una baja relativa en los precios de los productos de
lujo de Oriente. Paralelamente al abastecimiento más
amplio se produjo, pues, una ampliación del mercado
y de las necesidades. Lo que había sido en principio
privilegio de algunas escasísimas familias nobles se
convertía ahora en el consumo habitual de todas las
clases poseedoras (azúcar, té, especias, tabaco, etc.).
El comercio de productos coloniales aumentó considerablemente
y se vio rápidamente monopolizado por
algunas grandes sociedades por acciones: la Oost-
Indische Gompanie en los Países Bajos; la East India
Gompany y la Hudson Bay Gompany en Gran Bretaña;
la Compagnie des indes Orientales en Francia
Como en los oscuros siglos de la alta Edad Media
y en los comienzos del comercio antiguo, estas
compañías combinaron el comercio de especias con el
comercio de esclavos. De esta manera se obtuvieron
enormes ganancias. De 1636 a 1645, la Compañía de
las Indias occidentales holandesas vendió 23,000 negros
por un total de 6.7 millones de florines, es decir,
aproximadamente 300 florines por cabeza, mientras que
las mercancías dadas a cambio de cada esclavo apenas
valían más de 50 florines. De 1728 a 1760, los
navíos que partían del Havre llevaron a las Antillas
203,000 esclavos comprados en el Senegal, Costa de
Oro, Loango, etc. La venta de esos esclavos produjo
203 millones de líbras. De 1783 a 1793, los negreros
de Liverpool vendieron 300,000 esclavos por un valor
total de 15 millones de libras, una importante fracción
de las cuales contribuyó a la fundación de empresas
industriales.
Todas las clases desahogadas de la población
desearon participar en esta lluvia de oro procedente
del saqueo de las colonias. Reyes, duques, príncipes,
jueces y notarios procuraron colocar sumas de dinero
con los grandes comerciantes para obtener intereses
fijos, y compraron acciones o participaciones en las
compañías coloniales. En el siglo XVI, se calcula que
Hochstátter, el banquero de Nuremberg, gran competidor
de los Fugger, recibió en depósito sumas por valor
de más de 100 millones de libras. La New Royal African
Conipany, encargada hasta 1698 del tráfico de negros,
contó con socios tan distinguidos como el duque de
York y el conde de Shaftesbury, así como su ilustre
amigo, el filósofo John Locke.
El alza de precios empobreció a la población que
vivía de rentas fijas. Las deudas públicas, («Desde el
siglo XVII comienzan a aparecer en Francia los
tragantes o partidarios que por medio de adelantos al
Tesoro se hacen otorgar el derecho de percibir tal o
cual impuesto... Los beneficios que realizan a expensas
del Tesoro son enormes... Si hemos de creer a
Boalainvilliers, entre 1689 y 1708, de mil millones (de
libras) en letras, 266 millones quedaron en sus manos)
la especulación y el comercio al por mayor concentraron
los capitales en manos de la burguesía. El comercio
internacional pasó a ser, fundamentalmente, un comercio
de lujo. Sin embargo, los pedidos del Estado y las
crecientes necesidades de las clases acomodadas estimularon
la producción de mercancías no agrícolas. Al
lado del comercio de productos coloniales y metales
preciosos, el comercio de productos artesanales y
manufacturados experimentó un incremento mayor que
en la Edad Media. La industria pañera inglesa, la industria
de la seda lionesa, la industria metalúrgica de
Solingen, la industria textil de Leyden, Bretaña y
Westfalia, trabajaron ya para los mercados internacionales,
incluyendo los de las colonias de ultramar y superaron
la etapa de la manufactura de lujo. Esta extensión
del mercado acelera la acumulación del capital de
los grandes comerciantes y crea una de las condiciones
para el nacimiento de la industria capitalista.
La industria a domicilio
A pesar de la extensión que a partir del siglo XI
alcanzó en Europa occidental el gran comercio inter103
Historia Universal I Material de Apoyo
nacional, el modo de producción urbano seguía siendo,
fundamentalmente, la producción simple de mercancías.
Maestros artesanos, trabajando con algunos
oficiales, fabrican una cantidad de productos determinados
en un tiempo de trabajo determinado, y los venden
directamente al público a precios fijados de antemano.
En 1431, con ocasión del empadronamiento de
un barrio de la ciudad de Ypres, Flandes, se registraron
704 personas ocupadas en 161 oficios diferentes.
En empresas pertenecientes a 155 ramos diferentes, ¡
sólo había 17 oficiales empleados! En total, más de la
mitad de las personas censadas eran empresarios independientes.
Las diferencias de condición social entre
maestros artesanos y oficiales son limitadas; cada
oficial, al final de su aprendizaje, tiene la posibilidad de
ascender a la dignidad de maestro.
Este modo de producción choca, sin embargo,
con varias contradicciones. En primer lugar, contradicciones
inherentes al propio sistema; el aumento progresivo
de la población urbana y del número de artesanos
no se ve compensado por una ampliación del mercado.
Conduce a una competencia cada vez mayor
entre las ciudades, a una agudización de las tendencias
proteccionistas en cada ciudad y al desarrollo de
tendencias proteccionistas en los mismos gremios
artesanales, que intentan cerrar sus puertas a nuevos
maestros artesanos. Para ascender a la dignidad de
maestro, se impone a los aprendices condiciones cada
vez más duras. De hecho, esta promoción no tardará
en resultar imposible. Según Hauser, así ocurrió en
Francia desde 1580. Kulischer cita numerosas declaraciones
abiertamente monopolísticas de los gremios,
en los siglos XIV y XV.
Por otra parte, los artesanos de Flandes e Italia
que desde el siglo XII comienzan a trabajar para mercados
más vastos que el mercado urbano, acaban por
perder el control de los productos de su trabajo. Para
llevar sus propios productos a una feria lejana, un tejedor
o un latonero se ven obligados a detener la producción,
continuándola a su regreso. Es inevitable que
algunos de ellos, especialmente los más ricos que pueden
disponer de alguien que les sustituya en su casa,
no tarden en especializarse en el comercio. Al principio,
llevan al mercado los productos de sus vecinos,
juntamente con sus propios productos, simplemente por
hacer un favor. Pero finalmente acaban por comprar
directamente los de una gran cantidad de maestros
artesanos, encargándose exclusivamente de su venta
en los lugares lejanos. Este sistema no implica necesariamente
una subordinación del artesano al mercader.
Pero la favorece, especialmente en el ramo de los
textiles donde numerosos gremios ejecutan sucesivamente
una serie de trabajos sobre el mismo producto,
encontrándose, pues, frente a un comprador
monopsónico. Y lo mismo ocurre con respecto a la fabricación
de las sillas de montar en Londres, donde, a
partir de los siglos XIV y XV, los «silleros» subordinan
a los oficios secundarios.
A partir del siglo XIII, tanto en la pañería flamenca
como en la industria de la lana y la seda italiana, la
subordinación es completa. El mercader de paños siempre
se encuentra frente a los maestros artesanos, propietarios
de sus medios de producción. Los asalariados
propiamente dichos representan una excepción,
salvo en la industria de la lana florentina, en la que a
mediados del siglo XIV se cuentan 20,000 jornaleros.
Pero los maestros artesanos están obligados a comprar
sus materias primas al pañero: y se ven también
obligados a venderle sus productos terminados. «Habiendo
podido vender a los precios más altos [el pañero]
tenderá a comprar al precio más bajo posible”. En
el estudio dedicado a un gran pañero de Duai de finales
del siglo XIII, sir Jehan Boinebroke, Espinas observa
que los pañeros tienden ya a obligar a los artesanos
a que se alojen en casas de su pertenencia, y que incluso
comienzan a comprar medios de producción. Las
deudas inevitables de los artesanos respecto a los
mercaderes trazan la vía natural de esta subordinación.
Inevitables solamente en la medida en que estos
pañeros, excelentes encarnaciones del espíritu capitalista
de lucro requisan y roban en todas las formas
imaginables a los desgraciados productores. Espinas
ha trazado un impresionante cuadro en lo que se refiere
a Jehan Boinebroke.
Pero los artesanos no aceptaron sin lucha tal
subordinación parcial o completa. Durante los siglos
XIII y XIV, las comunidades flamencas e italianas se
vieron desgarradas por violentas luchas de clases que,
en muchas ocasiones, terminaron con la victoria de los
artesanos. Sin embargo, esta victoria no hizo más que
acentuar la decadencia de la producción simple de
mercancías urbanas, metida ya en un callejón sin salida,
e incluso la precipitó a menudo por medidas proteccionistas.
Para escapar a los estrictos reglamentos
de los gremios urbanos y a los elevados salarios de los
artesanos, los mercaderes comienzan a financiar a los
artesanos del campo que producen a domicilio, quienes
reciben de aquéllos materias primas y medios de
producción y trabajan no ya de hecho, sino de derecho,
por un simple salario.
A partir del siglo XV, en Bélgica, Italia, Francia y
Gran Bretaña, esta industria a domicilio se extiende al
campo. Los grandes comerciantes de Amberes financian
la “nueva pañería» del Flandes francés, la tapicería
de Audenarde y Bruselas. Pero la evolución es lenta.
En el siglo XVI, cada pañero inglés tiene que pasar
todavía por 7 años de aprendizaje. En el siglo XVII, en
la industria lionesa de la seda, los maestros mercaderes
no poseen los telares, aunque tengan los capitales,
proporcionen la seda y los diseños a los maestros
obreros, y recojan de éstos el producto terminado.
Por el contrario, en las minas, donde se imponen
mayores gastos de instalación, la burguesía co104
Material de Apoyo Historia Universal I
mercial consigue apropiarse antes los medios de producción.
En Lieja, principal centro carbonífero del continente,
las asociaciones independientes de mineros
desaparecieron casi completamente hacía 1520 en
beneficio de pequeñas empresas capitalistas, normalmente
propiedad de los mercaderes de la ciudad. La
mayor parte de las empresas mineras se transforman
en sociedades por acciones, que son compradas por
los miembros de la clase privilegiada. Ricas familias de
comerciantes o de banqueros como los Fugger se apropian
de las más importantes en régimen de concesión.
Por los gastos de sus instalaciones y por la concentración
de mano de obra asalariada, las
Saigerhutten, fábricas donde se separaba la plata del
cobre, de Sajonia, Turingia, el Tirol y Carintia, constituyen
las más importantes empresas industriales del siglo
XVI. Con ellas hemos pasado ya del campo de la
industria a domicilio al de la manufactura moderna. En
el siglo siguiente, los más ricos mercaderes holandeses
adquirieron inmensas fortunas al obtener el monopolio
de explotación de las minas de mercurio del emperador
(las Deutz), y de las minas de hierro y de cobre
de Suecia, monopolios que se combinan, además:
con manufacturas de armas y municiones (las de Geer
y las Trip).
Es interesante observar que esta separación de
los productores de sus medios de producción por mercaderes
intermediarios se realizó en forma muy semejante
en otras sociedades, además de las de Europa
occidental. Peter H. W. Sitzen describe el sistema que
funciona en el campo de Java:
“En el centroeste de Java. los obreros a domicilio
tenían siempre acceso al crédito... en caso de necesidad...
El Bakul o intermediario... era el verdadero financiero
y dirigente de la industria a domicilio... Por
sus préstamos, que procura aumentar por todos los
medios posibles, mantiene a los productores, aparentemente
independientes, en un estado tal de dependencia,
que puede apoderarse de la mayoría de sus
ingresos. En la industria del mueble, por ejemplo... en
1936, mas de la mitad de los ingresos brutos iban a
parar al Bakul».
Raymond Firth ha descubierto un sistema idéntico
en Malasia, donde «el sistema de préstamos en
dinero o enseres ha cristalizado muchas veces en relaciones
particulares entre pescadores y compradores
de pescado, sobre todo los que realizan la salazón para
la exportación».
En Bida, Nigeria, S. F. Nader descubrió un sistema
semejante en la industria a domicilio de cuentas de
vidrio. En la India, los mahajans adelantan la materia
prima y los productos de transformación para la industria
a domicilio. En los siglos XVI y XVII la industria
textil de Su-Chou, en China, parece haberse organizado
de la misma manera, según las crónicas de la dinastía
Ming.
La industria a domicilio es el fin lógico en que
desemboca la subordinación de la producción simple
de mercancías al capital-dinero, en una economía monetaria
donde la producción para mercados lejanos ha
eliminado toda posibilidad de asentar la existencia del
pequeño productor sobre bases estables.
El capital manufacturero
La industria a domicilio aleja primero al pequeño
productor de mercancías del control de su producto, y
después del control de sus medios de producción. Pero
la producción sólo progresa lentamente, paralelamente
a la lenta ampliación del mercado. La burguesía comerciante,
como antes la burguesía mercantil, sólo invierte
una fracción de sus capitales y ganancias en la
industria a domicilio. La mayor parte se dedica al propio
comercio, a la especulación sobre valores mobiliarios,
a la adquisición de la propiedad de tierras. Los
Fugger al principio simples artesanos tejedores de
Augsburgo, hacen fortuna en el comercio internacional
de especias y telas, que continúan después de adquirir
las concesiones de minas de plata en Europa central y
construir las más importantes manufacturas de su tiempo.
Acaban por dedicarse esencialmente a las operaciones
de crédito para la casa de Habsburgo, lo que,
por otra parte, les conducirá a la bancarrota.
Por la importancia de la mano de obra que emplea,
la industria a domicilio constituye en Europa occidental
la forma principal de producción no agrícola de
los siglos XVI al xvíii. Pero al lado de ella se desarrolla
otro sistema de producción que representa en algún
modo un puente hacia la gran fábrica moderna: el sistema
de la manufactura.
La manufactura es la reunión, bajo un solo techo,
de obreros que trabajan con medios de producción
puestos a su disposición y con materias primas
que se les adelantan. Pero en vez de ser pagados con
el valor total del producto terminado, del que se deduce
el valor de la materia prima adelantada y el precio
de alquiler de los instrumentos de trabajo, como ocurre
en la industria a domicilio, se abandona la ficción de la
venta del producto terminado al empresario. El obrero
sólo cobra lo que ganaba ya de hecho bajo el sistema
de la industria a domicilio: un simple salario.
En la historia de la industria pañera de Leyden,
magistralmente analizada por Postumus, puede seguirse
paso a paso esta evolución. Esta industria se organiza
primero bajo una base artesanal. Desde fines del
siglo XVI se extiende al campo y los mercaderes alcanzan
preponderancia sobre los pañeros; éstos comienzan
primero por perder la propiedad de la materia
prima y del producto terminado, y más tarde la de los
medios de producción. Hacia 1640, entre mercaderes
y pañeros se intercalan nuevos intermediarios, los
«veeders». Se pasa a la manufactura, y hacia 1652 se
habla incluso de «fabricantes».
El nuevo sistema ofrece dos ventajas para los
financiadores. Por una parte pueden suprimir los fal105
Historia Universal I Material de Apoyo
sos gastos creados por la necesidad de mantener un
gran número de intermediarios que reúnan los productos
terminados, distribuyan la materia prima, etc. Por
la otra, pueden suprimir las importantes distracciones
de materias primas que se efectuaban inevitablemente
en la industria a domicilio para compensar la insuficiencia
de salarios. La concentración de la mano de
obra, su sumisión a un control directo y permanente
por el capital, alcanza ya en las manufacturas un estadio
avanzado.
Pero desde el punto de vista de la productividad
del trabajo, la manufactura representa también un progreso
considerable. En la producción simple de mercancías
sólo existe una división social de trabajo entre
diferentes oficios; en el interior de cada oficio, es decir,
durante el proceso de producción, la división del trabajo
es prácticamente inexistente. Incluso cuando cada
oficio no confecciona un producto terminado, destinado
directamente al consumo, como ocurre en la pañería
o en la industria de la lana, realiza en todo caso un
proceso entero de producción: el hilado, el prensado,
el teñido, etc.
Gracias a la manufactura se hace posible subdividir
cada oficio, cada proceso de producción, en una
infinidad de operaciones de trabajo mecánicas y simplificadas
al máximo. Esto permite a la vez aumentar el
rendimiento, el número de productos terminados fabricados
en un mismo lapso de tiempo, y disminuir el precio
de costo, sustituyendo la mano de obra especializada
por una mano de obra no especializada de mujeres,
niños, inválidos, ancianos e incluso enfermos mentales.
He aquí el hecho que aparece como un fenómeno
social enteramente nuevo, sobre todo en lo que respecta
a la manufactura de textiles: la mano de obra se
compone en gran parte de estas pobres gente. Lo que
hace que sea provechosa una concentración tal de
asalariados bajo un mismo techo es, ante todo, el precio
reducido ele esta mano de obra. Para encontrar
una situación análoga, habría que remontarse a la antigüedad,
a las minas y grandes manufacturas de Estado
de China, la India y otros lugares donde predominaba
la mano de obra servil o semiservil.
Para obligar a todos esos desgraciados a entregar
al joven capital manufacturero una mano de obra
barata, se utilizaron los procedimientos más brutales y
la más increíble hipocresía. (Ya en l’arte di lana, la industria
de la lana florentina en el siglo XIV, donde el
asalariado estaba ligado al patrón por deudas se implantó
toda una legislación para obligar al suministro
de sobretrabajo. Una ley de 1371 prohibía especialmente
a aquél reembolsar su deuda en dinero; debía
hacerlo en trabajo.) En 1721, se decidió fundar en Graz
una manufactura de paño, «porque cientos de personas
pasan hambre y pasan el tiempo sin hacer nada».
Con objeto de proporcionar la mano de obra necesaria,
se necesitaba «capturar y encerrar» un número
correspondiente de mendigos que llenaban las calles
de la ciudad. En 1695 el Concejo Municipal de
Amsterdam, a propuesta de los concejales, considera
si «no sería indicado buscar un lugar apropiado para
[el establecimiento de] una hilandería, donde podría
emplearse a las jóvenes permitiéndoles proveer a sus
necesidades, así como a otras personas que se acostumbran
a la mendicidad y a la ociosidad.» Como algunos
comerciantes deseosos de financiar fábricas de
hilados de lana ofrecieron condiciones favorables y los
concejales consideraron que se trataba de una «alta y
cristiana obra», se otorgó al alcalde los poderes necesarios
para pasar a la realización del asunto. Sombart
cita numerosos casos en que el Estado obligó a la población
a realizar un verdadero trabajo forzado en las
manufacturas, especialmente en España, Francia, Holanda,
Alemania, Suiza, Austria y, naturalmente, Inglaterra.
En los países donde subsistía la servidumbre, se
obligaba a los siervos a trabajar en las manufacturas,
sobre todo en Rusia en la manufactura de cobre de
Tula.
El desarrollo de la manufactura no suprime todavía
el trabajo manual en tanto que medio de producción
preponderante en la industria: la mayor parte de
los gastos del capital manufacturero consiste todavía
en gastos de salarios. Sin embargo, la manufactura se
desarrolla más rápidamente en aquellos sectores donde
se multiplican las instalaciones de aparatos costosos.
Durante el siglo XVIII, en Reims y Louviers, millares de
obreros se agrupan ya en manufacturas cuya construcción
había costado cientos de millares de libras.
Leyden, el primer centro textil de Europa en el
siglo XVII, ve desarrollarse las manufacturas gracias a
la utilización en gran escala de los batanes. Pero esta
utilización sólo es beneficiosa si se emplea una mano
de obra juvenil o femenina. Y de ahí que los empresarios
organicen verdaderas expediciones hasta en el país
de Lieja para reclutar esta mano de obra.
106
Material de Apoyo Historia Universal I
INTRODUCCION
¿Oro? ¿Oro precioso, rojo, fascinante?
Con él se torna blanco el negro, y el feo hermoso;
Valeroso el cobarde y noble el ruin.
El oro, desplaza al sacerdote del altar
Y retira la almohada a quien yace enfermo.
Este esclavo dorado ata y desata
Vínculos consagrados; bendice al maldito;
Hace amable la lepra; honra al ladrón
Y le da rango, poder y preeminencia
En el consejo de los senadores; conquista pretendientes
A la viuda anciana y corcovada;
Es como un bálsamo que rejuvenece
Y pinta con colores de la primavera
A los pacientes de pútridas lacerías
Arrojados con asco de los hospitales.
¡Oh, maldito metal,
Vil ramera de los hombres
Que enloquece a los pueblos!
Shakespeare. El timón de Atenas
El presente capítulo estudia la época histórica conocida
como la transición del feudalismo al capitalismo. Este
proceso tiene lugar en Europa Occidental
aproximadamente del siglo XV al siglo XVIII, aunque
en algunos países hubo variaciones en cuanto a tales
límites cronológicos, ocurriendo antes o terminando
después.
Si bien el análisis histórico de cualquier proceso de
transición de una formación social a otra presenta Cierto
grado de dificultad, en el caso del periodo que nos ocupa
la complejidad es aun mayor. Varias son las razones:
a) la intervención de un mayor número de factores
de diversa índole; b) el hecho de que el capitalismo
es un proceso histórico prácticamente mundial, aunque
con características propias en cada lugar. Lo que
facilita dicho proceso son los descubrimientos y colonización
de América y Africa, así como los lazos tendidos
sobre Asia; tal circunstancia provoca una división
entre metrópolis y colonias que coincide con un desarrollo
clásico en Europa y uno deformado en los territorios
sometidos; c) la existencia de una mayor cantidad
de información sobre la época, en relación con los
modos de producción anteriores, aunque facilita por
un lado la labor del historiador, por el otro la hace más
polémica, en tanto que se formulan diversas interpretaciones.
Este es un período en extremo significativo el cual
nos permitirá, incluso, comprender el momento histórico
actual. En esta parte de nuestro estudio, al igual
que en las anteriores, se manifiestan choques violentos
entre poseedores y desposeídos, en una palabra,
se agudiza la lucha de clases. Y es que cada nueva
clase social dominante establece su dominación sobre
una base cada vez mas amplia, en relación al dominio
ejercido por la anterior; pero al mismo tiempo, en
la medida que vemos sucederse en la historia la susti-
Ejercicios y sugerencias de aprendizaje número veintiseis
I. Lectura y análisis
CON EL CAPITAL EL MUNDO SE HIZO REDONDO
Ismael Colmenares et. al.
De la prehistoria a la historia. Lecturas de historia universal. pág.156-165.
1. Lee y subraya los conceptos mas importantes del siguiente texto¨
II.- Realiza las siguientes actividades.
1. Elabora una línea del tiempo ubicando los principales procesos del siglo XV al XVIII.
2. Explica las características básicas del capitalismo.
3. ¿Cuál fue el papel que jugaron la ciencia, las ciudades, el absolutismo, el mercantilismo y el renacimiento
en la transición al capitalismo?
107
Historia Universal I Material de Apoyo
tución de una clase dominante por otra, se hace más
dramática y aguda la contradicción entre la clase desposeída
y la nueva clase detentadora de la riqueza.
Ambos elementos: el dominio material e intelectual de
una clase sobre otra y la contradicción’ progresivamente
irreconciliable que se produce entre estas clases, generan
una respuesta mas resuelta, más radical, más
revolucionaria, que en los estados sociales anteriores
por parte de la clase explotada.
En la transición del feudalismo al capitalismo, la lucha
de clases tiene como protagonistas, por un lado, a
los señores feudales, emperadores, reyes, príncipes,
es decir, a la nobleza en general. Asimismo, está presenta
la iglesia con sus distintas jerarquías; por otro
lado, tenemos a la clase explotada donde se concentran
los siervos de la gleba, colonos, aparceros, los
artesanos y obreros y, como germen de la nueva clase
dominante burguesa, los arrendatarios capitalistas,
comerciantes, empresarios y manufactureros. El ámbito
social y geográfico está delimitado en Europa y particularmente
en Europa occidental. Es aquí donde se
van gestando formas concretas y especificas de Estados
nacionales. Es al interior y al exterior de ellos donde
se propone y se promueva el nuevo proyecto de
política económica: el mercantilismo. Así, el nuevo
método de producción se va consolidando paulatinamente,
hasta constituirse, hasta acuñarse definitivamente
como el nuevo modo de producción: el modo de producción
capitalista (M.P.C.).
Es valido preguntarse antes de entrar de lleno al
estudio de los siglos XIV, XV, XVI y XVIII ¿Cuáles fueron
las contradicciones que al hacerse insostenibles
dieron origen al M. P. C.? Para algunos autores como
Marice Dobb, fueron elementos internos los determinantes
de la destrucción del modo de producción feudal
(M. P. F.). Según estos autores, lo que hizo posible
el paso del feudalismo al capitalismo, fue la destrucción
de las relaciones de señoríos y servidumbre (Aquí
feudalismo equivale a servidumbre). Para otros como
Sweezy, los elementos disolventes del feudalismo son
externos, tales como: enclaves comerciales que fueron
desarrollándose en las ciudades. Es pues, la destrucción
de los gremios en las ciudades y la repercusión
de este hecho en el medio rural, lo que produjo el
derrumbe del feudalismo. Aquí feudalismo tiene que
ver con la organización de los gremios y su consecuente
desestructuración.
Sin embargo, no es la elección de uno u otro enfoque
lo que nos daría una satisfactoria y convincente
respuesta a este aparente callejón sin salida. Debemos
dejar asentada que lo que se da es una interacción
de ambos tipos de elementos. Esta última consideración
es la que parece estar más acorde con la búsqueda
de objetividad en la comprensión de los aspectos
que inciden en este período de transición, mismo que
desembocará en el actual modo de producción capitalista,
el cual se erige como la expresión más acabada
de la explotación, el dominio y la manipulación. Hemos
de proceder a analizar, entonces, las contradicciones
generadas por el feudalismo, pero no de una manera
simplista y mecánica, sino tratando de interrelacionar
los aspectos estructurales y superestructurales. De igual
forma, habrá que ahondar —hasta donde sea posible—
en las contradicciones que subyacen a toda formación
social o proceso histórico donde están implicadas
sujeciones económicas, políticas y sociales de una
clase sobre otra; así como sus correlativos proyectos
culturales, que de hecho pueden jugar un doble papel:
a) reproductores y reforzadores de esas sujeciones de
las que hacíamos mención; o bien, b) elementos de
subversión en un momento determinado.
Características del Capitalismo
En la etapa de transición se gestarán las condiciones
históricas que hicieron posible la implantación del
capitalismo, el cual aún predomina a nivel mundial. Este
sistema presenta una serie de características generales,
las cuales se han ido desarrollando de acuerdo a
las etapas por, las que ha pasado.
Entre las características fundamentaba del capitalismo
está el uso y explotación que de manera predominante
se hace de la mano de obra asalariada. Los
principales productores. de la riqueza material en el
régimen capitalista se hayan desprovistos o carecen
de cualquier medio de producción para satisfacer por
si mismos sus necesidades vitales; por ello se ven orillados
a vender «libremente», y como una mercancía,
su fuerza de trabajo a los patrones o empresarios a
cambio de un salario. A su vez, esa condición libre de
los asalariados facilita su adiestramiento a través de la
educación laica burguesa, adecuándolos a la explotación
capitalista al convertirlos en obreros más despiertos
para el manejo de las modernas máquinas y a tono
con las exigencias técnicas. Como veremos después
en el apartado correspondiente, este tipo de trabaja108
Material de Apoyo Historia Universal I
dores asalariados que requiere da manera masiva el
funcionamiento del capitalismo se creó esencialmente
durante la Acumulación Originaria de Capital.
Otra de las características destacadas del sistema
capitalista es la producción generalizada de mercancías
dirigida hacia el mercado. La producción de
autoconsumo o limitada y simple de mercancías que
imperaba antes del capitalismo es sustituida durante
este régimen por una producción masiva destinada a
un mercado interno o externo. Loe productores ya no
lo hacen para sí mismos o para un intercambio pequeño
o para un comercio de escasa magnitud; producen,
como asalariados al servicio de los patrones, bienes
en mayor cantidad para venderse como mercancías
en el mercado. Ahí concurren los vendedores y compradores
que son fundamentalmente el proletariado y
los mismos capitalistas.
Para hacer posible la producción generalizada de
mercancías en el capitalismo se requería de varios factores:
un mercado nacional o interno de cada país, integrado
principalmente por la masa de compradores
potenciales, los propios asalariados; un mercado externo
o mundial, que estaría compuesto por la demanda
de otros países o colonias; una transformación de
los medios de producción y métodos de trabajo, que
tendría lugar por medio de la gran Revolución Industrial,
el paso de la manufactura a la maquinofactura,
los avances científicos, la modernización tecnológica y
el desarrollo de la división social del trabajo. Todos eses
factores tienen sus antecedentes en la etapa de transición
al capitalismo, pues en ella el mercado interno se
constituiría con la formación del ejército industrial de
reserva, el mercado exterior, con el descubrimiento y
dominio de nuevas colonias y la modernización técnica
y científica de los siglos XVIII y XIX con las grandes
inversiones y fortunas producto del saqueo de las colonias
sojuzgadas.
Por otro lado, una de las características sobresalientes
del capitalismo y que constituye al mismo tiempo
una de las leyes medulares que rigen el funcionamiento
de este sistema económico, es la plusvalía. La
obtención de ésta representa el resorte clave que mueve
a la burguesía en su afán desmedido de acumulación
de capital. Viene siendo la forma que adopta la
ganancia producida por el obrero para el patrón; es
decir, la forma que asume la explotación del proletariado
industrial y agrícola por los capitalistas. Consiste en
el tiempo de trabajo no remunerado al obrero; ello equivale
a no pagar a éste una parte del nuevo valor que
genera en la elaboración de mercancías durante una
determinada jornada de trabajo; la parte no retribuida
del trabajo del obrero se la apropia el capitalista en
calidad de ganancia, convirtiéndose en dinero al momento
de la venta o realización de las mercancías.
El despojo del que es víctima el obrero se repite
una y otra vez multiplicando las ganancias del capital.
Además, como una buena proporción de tales ganancias
se reinvierte aumentando el número de trabajadores
o modernizando o ampliando la empresa, la explotación
de los obreros y la generación de plusvalía se
incrementan. Hay que añadir que los capitalistas recurren
a varios métodos para apropiarse de mayores cuotas
de trabajo del obrero, O sea de plusvalía, ya sea
alargando o intensificándole los ritmos de la producción.
Es así como se va dando la acumulación de capital.
La obtención incrementada de plusvalía y la acumulación
de capital se deben al carácter de explotación
de las relaciones de producción capitalistas. En
estas, una minoría representada por la clase burguesa
tiene el dominio privado del dinero y los medios de producción,
lo cual le permite apropiarse del producto ajeno
de los asalariados, quienes únicamente disponen
de su fuerza de trabajo...
Hacia una mayor especialización
La profundidad de los cambios en esta época puede
ejemplificaras con la creciente división del trabajo.
La sociedad feudal con su economía natural era estática:
en sus clases, en su producción, en sus actividades
económicas, en su concepción del mundo. El capitalismo
naciente se abre paso trayendo en su dinamismo
la creciente diversificación a todos los niveles; la
división del trabajo es una de sus condiciones indispensables
y se presentó en vario, sentidos:
La primera división se desarrolla entre los propios
siervos, que paulatinamente emigran a las ciudades
para volverse artesanos, o los más afortunados, comerciantes.
Se separan así los oficios dé la agricultura
e incluso en el propio campo la introducción del capitalismo
implica mayor especialización ya sea como arrendatario,
propietario feudal, asalariado agrícola, etc.
La. creciente emigración a las ciudades propicia
también la división entre éstas y el campo, pero en el
interior de aquéllas prosigue la especialización de acti109
Historia Universal I Material de Apoyo
vidades: guildas de comerciantes y gremios de artesanos.
Mas adelante la manufactura implicara una nueva
división del trabajo llevada al seno mismo del taller.
Las conquistas sobre los nuevos territorios implican
una dimensión internacional del trabajo, en tanto
existen ya metrópolis y colonias con funciones económicas
asignadas por las primeras. El propio capital,
hacía apenas unas décadas considerado algo nuevo,
se divide en usurario, comercial, bancario, manufacturero,
agrícola.
La división del trabajo se refleja incluso en el saber.
Aparecen paulatinamente nuevas ciencias que se abocan
al estudio de realidades específicas: la ciencia política,
la economía, la física; la química, la anatomía, la
balística, etc. Descartes, en su obra, denota el impacto
de la división del trabajo: en el precepto segundo del
método científico por él propuesto señala que para la
solución de un problema hay que dividirlo en tantas
partes como sea posible.
El avance de la Ciencia
En última instancia, la mayor parte de los procesos
de transformación hacia el capitalismo encuentran una
explicación en el asombroso desarrollo de las fuerzas
productivas. Pocas veces en la historia existió una generación
tan numerosa, profunda y creativa de científicos,
filósofos, técnicos, inventores y hombres,, ingeniosos
que aportara tanto en tan breve lapso de tiempo;
y como sucede con frecuencia, todas estas aportaciones
n influían y reforzaban mutuamente, trayendo a
la postre lo que en el siglo XVIII sería la Revolución
Industrial, pero cuyas bases las encontramos en los
inventos y el desarrollo científico de los siglos XVI y
XVII.
Ya sea inventos o perfeccionamientos y adaptaciones
de anteriores, mencionaremos aquellos que más
impacto tuvieron: la brújula y el astrolabio, el papel, la
tinta y la imprenta, el nuevo desarrollo de la matemática
y la geometría, el descubrimiento de algunos ácidos,
la mineralogía etcétera...
Las ciudades
Aunque las ciudades se desarrollan a partir del siglo
XII como parte de la estructura feudal; es decir, sin
ser un cuerpo extraño a dicha sociedad; sin embargo,
paulatinamente, se irán convirtiendo en el centro de
los elementos más dinámicos. Fundadas originalmente
ya sea por los mismos nobles o por los comerciantes,
las ciudades concentran al paso del tiempo una
serie de factores que en estrecha relación dinámica
forman un todo coherente y a la vez contradictorio.
Veremos algunos de éstos.
Dentro de los económicos el comercio tendrá como
se ha visto, un importante papel como actividad cuyo
centro se desarrolla en mucho dentro dé las urbes: ahí
se concentran los comerciantes, y ahí se organizan en
guildas para proteger sus intereses, sin olvidar, por
supuesto, aquel carácter ambulante que también tuvo
dicha actividad. Sede de las manufacturas también será
la ciudad, a donde por otro lado emigraban constantemente
los siervos despojados.
La ciudad, cuyo crecimiento se vuelve incontenible,
se convierte desde el punto de vista económico, en
una explotadora del campo: absorbe mano de obra;
efectúa un intercambio desigual comprando productos
agrícolas y vendiendo elaborados; provoca con estos
mecanismos un aumento de valor en las tierras, y es la
sede de los comerciantes que, a fin de cuentas, son
los favorecidos con dichos fenómenos.
Pero la urbe, es explotada políticamente por el campo
en tanto que, dependiendo de la nobleza feudal se
ve obligada no sólo al acatamiento, sino también a
pagar una serie de exacciones cada vez más pesadas.
De ahí la respuesta que organizaron los habitantes de
las ciudades: violentas rebeliones, agrupaciones económicas,
y, finalmente, estructuras políticas alternativas.
Al paso del tiempo, y con la consolidación del Estado
Absolutista, la ciudad se convierte en centro del
nuevo poder político.
Pero si todos estos factores económicos y políticos
conllevan el crecimiento de las ciudades, no debemos
olvidar la importancia que, las formas de conciencia.
social tendrán en todos estos enormes cambios. En
efecto, tanto el desarrollo de la imprenta, como la consiguiente
difusión de la cultura favorecida con la fundación
de universidades, influirán en una renovación cultural
profunda que se condensa en él Renacimiento, el
Humanismo y la Reforma, y que tuvo como centro a
las ciudades.
Y sin embargo, pese a que los habitantes de la ciudad,
pueden en ocasiones presentar un frente a la voracidad
de la nobleza, este hecho no oculta las profundas
contradicciones que existen en dichos centros urbanos:
entre .comerciantes y corporaciones; entre
maestros y aprendices; entre los propios obreros y los
dueños de los talleres manufactureros; entre éstos y
los gremios artesanos,, etc. La ciudad será también
110
Material de Apoyo Historia Universal I
centro de violentas luchas de clases, como anunciando
así lo que más adelante sucederá en el capitalismo.
El Estado Absolutísta
En la época que estamos analizando se formó el
Estado Absolutista, forma de gobierno del naciente
Estado Nacional. Dicho, Estado se encuentra, a nivel
de desarrollo histórico. en medio del Estado Señorial
(feudal) y del Estado burgués que surge posteriormente
a las revoluciones de los siglos XVII y XVIII.
Las investigaciones más recientes ubican al Estado
Absolutista como una organización dual; si bien políticamente
es la expresión acabada de los intereses
de la monarquía feudal, económicamente abrirá resquicios
para el desarrollo de los diversos sectores burgueses:
usureros, comerciantes, manufactureros,
.arrendatarios, etc.
Las características del Estado Nacional, surgido en
el transcurso de los siglos XVI al, XVIII en el Occidente
europeo, son las siguientes :la formación de un ejército
nacional; la existencia de una burocracia; un derecho
codificado; un mercado nacional unificado. El Estado
nacional aparecido aquí tiene como forma de gobierno
la monarquía absoluta.
El Estado Nacional Absolutista no es capitalista, ni
tampoco refleja el equilibrio entra nobles y burgueses:
es un Estado Feudal. Nosotros no podemos aquí desarrollar
lo apuntado; en este sentido bástenos remitir
a los lectores al texto de Perry Anderson, de quien. por
otro lado hemos tomado la mayor parte teórica para
este punto.
La paradoja aparente del absolutismo occidental era
que representaba fundamentalmente un aparato de
protección de la propiedad y los privilegios aristocráticos,
pero que, el mismo tiempo, los medios por los que
se realiza esta protección aseguraban simultáneamente
los intereses básicos de la clase mercantil y manufacturera.
En tanto atendemos a las funciones económicas
de dicho Estado notaremos la verdad señalada: a)
suprime barreras comerciales internas y patrocina aranceles
exteriores contra competidores extranjeros; b)
proporciona al capital usurario inversiones en la Hacienda
Pública; c) durante la Reforma incauta bienes
eclesiásticos, movilizando la propiedad rural; d) patrocina
empresas coloniales, favoreciendo así el saqueo
a las colonias. Todos estos factores contribuyen a la
Acumulación Originaria de Capital. Anderson ve que
pudo realizar eso el Estado Absolutista porque ni e1
capital usurario ni el mercantil se basan en la producción
masiva que caracteriza al capitalismo, y no chocan
con la estructura agraria feudal. De esta manera la
centralización económica,, el proteccionismo y la expansión
ultramarina engrandecieron al último Estado
feudal, a la ves que beneficiaban a la primera burguesía
Y este engrandecimiento del Estado Nacional se
hizo, en varios países, a costa de la pérdida de poder
universal por parte del papado. En este sentido, la
Reforma Protestante juega importante papel, en tanto
que fundará una iglesia nacional dependiente de los
reyes.
No olvidemos que el fenómeno histórico conocido
como Estado Absolutista favorece también el desarrollo
de la ciencia política, dado que los grandes pensadores
de la época dedicarán su talento al análisis y la
justificación de dicho Estado: Maquiavelo, Hobbes,
Bodino.
Pero si el Estado Absolutista fue capaz de conjuntar
intereses opuestos, el tiempo de su decadencia, llega
precisamente con el paulatino enriquecimiento burgués
y con el desarrollo de las contradicciones que e
todos los niveles comienzan, a hacer crisis. De ahí que
los enciclopedistas franceses, en parte influidas por
John Locke, comienzan a plantear el cuestionamiento
del absolutismo. Poco quedaba de vida a dichas monarquías,
ya que muchos de los antagonismos, producto
de su politica, iban a ser tomados como bandera
reivindicatoria por los burgueses para barrer a las clases
feudales mediante las violentas revoluciones de
los siglos XVII y XVIII.
El Mercantilismo, expresión de una época
Entre los funcionarios del Estado Absolutista se va
a generar la primera doctrina económica coherente, que
es al mismo tiempo una política estatal: el
mercantilismo. A grandes rasgos, dicho sistema teórico
representaba los intereses de una nación, estableciendo
una serie de medidas que, el gobierno realizaría
con miras al enriquecimiento de la misma. Se suponía
que la riqueza de un país, se basaba en la cantidad
de metales preciosos que éste poseyera; de ahí
que toda la política económica debería estar orientada
en este sentido. Los medios apropiados eran lograr una
balanza comercial favorable mediante el proteccionismo;
ayudar a las empresas comerciales o manufactureras;
usar de los impuestos para desalentar las im111
Historia Universal I Material de Apoyo
portaciones; favorecer el desarrollo de una armada
poderosa, etc.
El mercantilismo supone, acorde con los hechos
económicos que entonces parecían ir en este sentido,
que la fuente de la riqueza se encontraba en la esfera
de la circulación y no, como lo demostrarían más adelante
los fisiócratas, los clásicos y luego el marxismo,
en, la producción.
El Renacimiento
Renacimiento significa renovación. ¿Cuál era esa
renovación y hacia dónde apuntaba? Por humanismo
se acostumbra entender un movimiento que pone el
acento en el hombre mismo. Pero, ¿hasta dónde es
válido hablar de Renacimiento en singular, de Humanismo
en singular, y asimismo, de filosofía y de ciencia?
En sentido estricto, lo que se dio a nivel histórico
fueron varias expresiones del humanismo. Y en algunos
casos, se conjugaron distintas actividades no sólo
artísticas sino científicas. Así ocurre en la manifestación
concreta del humanismo en los Países Bajos.
En otros lugares de Europa, en Francia, por ejemplo,
el humanismo estuvo orientado por preocupaciones
artísticas pero también jurídicas y políticas.
En España, lugar donde se dio la contrarreforma, el
humanismo y su hermano gemelo el renacimiento, tienen
un tono más pesimista, sobre todo en la transición
del renacimiento tardío al barroco.
En Inglaterra, las condiciones materiales específicas,
van a dar otro matiz al humanismo. Aquí nos encontramos
con una visión más optimista de las cosas.
Moro y. Bacon formulan sus Utopías. Utopía significa:
lo que no tiene lugar. Sin embargo, la confianza ilimitada
en las, potencialidades humanas es evidente, destacándose
en este aspecto Bacon. «la ciencia del hombre
es la medida de su potencia», afirmaba este autor.
Las ciencias constituyen, a los ojos de los hombres de
la época del humanismo y del renacimiento, instrumentos
poderosísimos. Al decir de Bacon, son auxiliares
de la inteligencia; de la misma manera como las herramientas
—en esta misma etapa que corresponde a la
manufactura— son los verdaderos apoyos y auxiliares
de la mano.
En otros países el humanismo estuvo al servicio de
intereses políticos concretos (en Hungría, por ejemplo).
Como veremos, más que un humanismo, seria más
correcto hablar de humanismos. Algunos otros ejemplos
serían: el humanismo literario, el humanismo cristiano,
etc.
Existe, no obstante, un común denominador tanto
en el renacimiento como en sus correlatos el humanismo,
las ciencias y la filosofía. Dicha constante es el
enfrentamiento entre la observación de la naturaleza
contra los dogmas, la razón contra la fe, las ciencias
contra las pseudociencias y el uso cada vez más creciente
de escribir en lengua nativa contra el hábito de
recurrir al latín culto.
El método escolástico, es decir, la lectura y su correspondiente
discusión en el salón de clase, era ya
insuficiente para las nuevas exigencias históricas y
sociales. El estudio de la naturaleza no podía supeditarse
a lo que las Escrituras o Aristóteles consignaran.
Además, como ha dicho Lenin en sus Cuadernos Filosóficos:
«El feudalismo enterró lo que había de vivo en
Aristóteles y resucitó lo inservible».
Filósofos y hombres de ciencia se dan a la tarea de
buscar un nuevo camino para el estudio de la naturaleza
y del universo. Descartes escribe el Discurso del
Método; Bacon su Novun Organum ‘(Nuevo Instrumento);
Spinoza su Etica, pero utilizando los procedimientos
de la geometría tales como axiomas, definiciones,
corolarios, etc. Locke publica su Ensayo sobre el entendimiento
humano y Leibnitz escribe otro respecto
del mismo tema. El entendimiento y la forma más correcta
de conducirlo son, pues, las preocupaciones
centrales de los filósofos y científicos de la etapa de
transición.
El derecho romano, el latín, pero el de los escritos
de autores romanos antiguos, la geometría euclidiana,
la mitología, los arquetipos artísticos de los griegos,
etc., son algunos de los aspectos que los hombres de
los siglos XV-XVI retomaran para enfrentar una batalla
a fondo en contra de las caducas concepciones medievales.
El humanismo en sus distintas manifestaciones, el
renacimiento tal y como se dio en los distintos países
europeos, las ciencias, y las corrientes filosóficas del
racionalismo y del empirismo (incluido el materialismo
francés, por supuesto), sellaron la derrota del feudalismo
católico; expresando al mismo tiempo, los intereses
y las, ambiciones de una naciente burguesía en
ascenso...
112
Material de Apoyo Historia Universal I
1. El secreto de la acumulación originaria
Hemos visto cómo se convierte el dinero en capital,
cómo sale de éste la plusvalía y cómo la plusvalía
engendra nuevo capital. Sin embargo, la acumulación
de capital presupone la plusvalía, la plusvalía la
producción capitalista y ésta la existencia en manos de
los productores de mercancías de grandes masas de
capital y fuerza de trabajo. Todo este proceso parece
moverse dentro de un círculo vicioso, del que sólo
podemos salir dando por supuesta una acumulación
«originaria» anterior a la acumulación capitalista
(“previous accurnulation”, la denomina Adam Smith);
una acumulación que no es resultado, sino punto de
partida del régimen capitalista de producción.
Esta acumulación originaria viene a desempeñar en
economía política el mismo papel que desempeña en
teología el pecado original. Al morder la manzana, Adán
engendró el pecado y lo trasmitió a toda la humanidad.
Los orígenes de la primitiva acumulación pretenden
explicarse relatándolos como una anécdota del pasado.
En tiempos muy remotos —se nos dice—, había,
de una parte, una minoría trabajadora, inteligente y
sobre todo ahorrativa, y de la otra un tropel de descamisados,
haraganes, que derrochaban cuanto tenían y
aún más. Es cierto que la leyenda del pecado original
teológico nos dice que el hombre fue condenado a ganar
el pan con el sudor de su frente; pero la historia del
pecado original económico nos revela por qué hay gente
que no necesita sudar para comer. No importa. Así se
explica que mientras los primeros acumulaban riqueza,
los segundos acabaron por no tener ya nada que
vender más que su pelleja. De este pecado original
arranca la pobreza de la gran mayoría, que todavía
hoy, a pesar de lo mucho que trabajan, no tienen nada
que vender más que sus personas, y la riqueza de una
minoría, riqueza que no cesa de crecer, aunque haga
ya muchísimo tiempo que sus propietarios han dejado
de trabajar. Estas niñerias insustanciales son las que
M. Thiers, por ejemplo, sirve todavía, con el empaque
y la seriedad de un hombre de Estado, a los franceses,
en otro tiempo tan ingeniosos, en defensa de la
propriété. Tan pronto como se plantea el problema de
la propiedad, se convierte en un deber sacrosanto abrazar
el punto de vista de la cartilla infantil, como el único
que cuadra a todas las edades y a todos los períodos
Sabido es que en la historia real desempeñan un gran
papel la conquista, la esclavización, el robo y el asesinato;
la violencia, en una palabra. En la dulce economía
política, por el contrarío, ha reinado siempre el idilio.
Las únicas fuentes de riqueza han sido desde el
primer momento la ley y el «trabajo», exceptuando siempre,
naturalmente, “el año en curso”. Pero, en la realidad,
los métodos de la acumulación originaria fueron
cualquier cosa menos idílicos.
Ni el dinero ni la mercancía son de por sí capital,
como no lo son tampoco los medios de producción ni
los artículos de consumo. Necesitan convertirse en
capital. Y para ello han de concurrir una serie de circunstancias
concretas, que pueden resumirse así: han
de enfrentarse entrar en contacto dos clases muy diversas
de poseedores de mercancías; de una parte,
los propietarios de dinero, medios de producción y artículos
de consumo, deseosos de valorizar la suma de
valor de su propiedad mediante la compra de fuerza
ajena de trabajo; de otra parte, los obreros libres, ven-
Ejercicios y sugerencias de aprendizaje número veintisiete
I. Lectura y análisis.
1. Lee y subraya los conceptos mas importantes del siguiente texto¨
II.- Realiza las siguientes actividades.
1. Porqué unas personas trabajan y otras no?
2. ¿Cómo se convierte el dinero en capital?
3. Porqué los obreros deben ser doblemente libres?
4. Elabora un breve relato analizando el proceso por emdio del cual los siervos son separados de sus
medios de producción?
5. Explica la frase «La llamada acumulación originaria no es, pues, más que el proceso histórico de
disociación entre el productor y los medios de producción. Se la llama “originaria” porque forma la prehistoria del
capital y del régimen capitalista de producción.»
LA LLAMADA ACUMULACIÓN ORIGINARIA
Carlos Marx.
El capital. Crítica de la economía política. Pág. 607-630.
113
Historia Universal I Material de Apoyo
dedores de su propia fuerza de trabajo y, por tanto, de
su trabajo.
Obreros libres, en el doble sentido de que no figuran
directamente entre los medios de producción, como
los esclavos, los siervos, etc., ni cuentan tampoco con
medios de producción propios, como el labrador que
trabaja su propia tierra, etc.; libres y dueños de si mismos.
Con esta polarización del mercado de mercancías,
se dan las dos condiciones fundamentales de la
producción capitalista. El régimen del capital presupone
el divorcio entre los obreros y la propiedad sobre las
condiciones de realización de su trabajo. Cuando ya
se mueve por sus propios pies, la producción capitalista
no sólo mantiene este divorcio, sino que lo reproduce
y acentúa en una escala cada vez mayor. Por tanto,
el proceso que engendra el capitalismo sólo puede ser
uno: el proceso de disociación entre el obrero y la propiedad
sobre las condiciones de su trabajo, proceso
que de una parte convierte en capital los medios sociales
de vida y de producción, mientras de otra parte convierte
a los productores directos en obreros asalariados.
La llamada acumulación originaria no es, pues,
más que el proceso histórico de disociación entre el
productor y los medios de producción. Se la llama “originaria”
porque forma la prehistoria del capital y del
régimen capitalista de producción.
La estructura económica de la sociedad capitalista
brotó de la estructura económica de la sociedad feudal.
Al disolverse ésta, salieron a la superficie los elementos
necesarios para la formación de aquélla.
El productor directo, el obrero, no pudo disponer de
su persona hasta que no dejó de vivir sujeto a la gleba
y de ser esclavo o siervo de otra persona. Además,
para poder convertirse en vendedor libre de fuerza de
trabajo, que acude con su mercancía a dondequiera
que encuentra mercado para ella, hubo de sacudir también
el yugo de los gremios, sustraerse a las ordenanzas
sobre los aprendices y los oficiales y a todos los
estatutos que embarazaban el trabajo. Por eso, en uno
de sus aspectos, el movimiento histórico que convierte
a los productores en obreros asalariados representa la
liberación de la servidumbre y la coacción gremial, y
este aspecto es el único que existe para nuestros historiadores
burgueses. Pero, si enfocamos el otro aspecto,
vemos que estos trabajadores recién emancipados
sólo pueden convertirse en vendedores de sí
mismos, una vez que se ven despojados de todos sus
medios de producción y de todas las garantías de vida
que las viejas instituciones feudales les aseguraban.
El recuerdo de esta cruzada de expropiación ha quedado
inscrito en los anales de la historia con trazos
indelebles de sangre y fuego.
A su vez, los capitalistas industriales los potentados
de hoy, tuvieron que desalojar, para llegar a este
puesto, no sólo a los maestros de les gremios artesanos,
sino también a los señores feudales, en cuyas
manos se concentraban las fuentes de la riqueza. Desde
este punto de vista, su ascensión es el fruto de una
lucha victoriosa contra el régimen feudal y sus irritantes
privilegios, y contra los gremios y las trabas que éstos
ponían al libre desarrollo de la producción y a la libre
explotación del hombre por el hombre. Pero los caballeros
de la industria sólo consiguieron desplazar por
completo a los caballeros de la espada, explotando
sucesos en que éstos no tenían la menor parte de culpa.
Subieron y triunfaron por procedimientos no menos
viles que los que en su tiempo empleó el liberto
romano para convertirse en señor de su patrono.
El proceso de donde salieron el obrero asalariado y
el capitalista, tuvo como punto de partida la
esclavización del obrero. En las etapas sucesivas, esta
esclavización no hizo más que cambiar de forma: la
explotación feudal se convirtió en explotación capitalista.
Para explicar la marcha de este proceso, no hace
falta remontarse muy atrás. Aunque los primeros indicios
de producción capitalista se presentan ya,
esporádicamente, en algunas ciudades del Mediterráneo
durante los siglos XIV y XV, la era capitalista sólo
data, en realidad del siglo XVI. Allí donde surge el capitalismo
hace ya mucho tiempo que se ha abolido la
servidumbre y que el punto de esplendor de la Edad
Media, la existencia de ciudades soberanas, ha declinado
y palidecido.
En la historia de la acumulación originaria hacen
época todas las transformaciones que sirven de punto
de apoyo a la naciente clase capitalista, y sobre todo
los momentos en que grandes masas de hombres se
ven despojadas repentina y violentamente de sus medios
de producción para ser lanzadas al mercado de
trabajo como proletarios libres y privados de todo medio
de vida Sirve de base a todo este proceso la expropiación
que priva de su tierra al productor rural, al campesino.
Su historia presenta una modalidad diversa en
cada país, y en cada uno de ellos recorre las diferentes
fases en distinta gradación y en épocas históricas
diversas. Pero donde reviste su forma clásica es en
Inglaterra, país que aquí tomamos, por tanto, como
modelo.
Cómo fue expropiada de la tierra la población rural
En Inglaterra, la servidumbre había desaparecido
ya, de hecho, en los últimos años del siglo XIV. En esta
época, y más todavía en el transcurso del siglo XV, la
inmensa mayoría de la población se componía de campesinos
libres, dueños de la tierra que trabajaban, cualquiera
que fuese la etiqueta feudal bajo la que ocultasen
su propiedad. En las grandes fincas señoriales, el
bailiff (bailío), antes siervo, había sido desplazado por
el arrendatario libre. Los jornaleros agrícolas eran, en
parte, campesinos que aprovechaban su tiempo libre
para trabajar a sueldo de los grandes terratenientes y
en parte una clase especial, relativa y absolutamente
poco numerosa, de verdaderos asalariados. Mas tam114
Material de Apoyo Historia Universal I
bién éstos eran, de hecho, a la par que jornaleros, labradores
independientes, puesto que, además del salario,
se les daba casa y labranza con una extensión
de 4 y más acres. Además, tenían derecho a compartir
con los verdaderos labradores el aprovechamiento de
los terrenos comunales, en los que pastaban sus ganados
y que, al mismo tiempo, les suministraban el combustible,
la leña, la turba, etc. La producción feudal se
caracteriza, en todos los pueblos de Europa, por la división
del suelo entre el mayor número posible de tributarios.
El poder del señor feudal, como el de todo
soberano, no descansaba solamente en la longitud de
su rollo de rentas, sino en el número de sus súbditos,
que, a su vez, dependía de la cifra de campesinos independientes.
Por eso, aunque después de la conquista
normanda, el suelo inglés se dividió en unas pocas
baronías gigantescas, entre las que había algunas que
abarcaban por sí solas 900 de los dominios de los antiguos
lores anglosajones, estaba salpicado de pequeñas
explotaciones campesinas, interrumpidas sólo de
vez en cuando por grandes fincas señoriales. Estas
condiciones, combinadas con el esplendor de las ciudades
característico del siglo XV, permitían que se desarrollase
aquella riqueza nacional que el canciller
Forescue describe con tanta elocuencia en su Laudibus
Legum Angliae, pero cerraban el paso a la riqueza capitalista.
El preludio de la transformación que ha de echar
los cimientos para el régimen de producción capitalista,
coincide con el último tercio del siglo El licenciamiento
de las huestes feudales —que, como dice acertadamente
Sir James Steuart «invadieron por todas
partes casas y tierras”— lanzó al mercado de trabajo a
una masa de proletarios libres y privados de medios
de vida. El poder real, producto también del desarrollo
de la burguesía, en su deseo de conquistar la soberanía
absoluta, aceleró violentamente la disolución de las
huestes feudales, pero no fue ésta, ni mucho menos,
la única causa que la provocó. Los grandes señores
feudales, levantándose tenazmente contra la monarquía
y el parlamento, crearon un proletariado incomparablemente
mayor, al arrojar violentamente a los campesinos
de las tierras que cultivaban y sobre las que
tenían los mismos títulos jurídicos feudales que ellos, y
al usurparles sus bienes de comunes. El florecimiento
de las manufactureras laneras de Flandes y la consiguiente
alza de los precios de la lana, fue lo que sirvió
de acicate directo, en Inglaterra, para estos abusos. La
antigua aristocracia había sido devorada por las guerras
feudales, y la nueva era ya una hija de los tiempos,
de unos tiempos en los que dinero es la potencia
de las potencias. Por eso enarboló como bandera la
transformación de las tierras de labor en terrenos de
pastos para ovejas. En su Description of England.
Prefixed to Holinshed’s Chronicles, Harrison describe
cómo la expropiación de los pequeños agricultores arruina
al país. «What care our great incroachers !» ( ¡Qué
se les da de esto a nuestros grandes usurpadores!)
Las casas de los campesinos y las viviendas de los
obreros fueron violentamente arrasadas o entregadas
a la ruina. «Consultando los viejos inventarios de las
fincas señoriales —dice Harrison—, vemos que han
desaparecido innumerables casas y pequeñas haciendas
de campesinos, que el campo sostiene a mucha
menos gente, que muchas ciudades se han arruinado,
aunque hayan florecido otras nuevas... También podríamos
decir algo de las ciudades y los pueblos destruidos
para convertirlos en pasto de ganados y en los
que sólo quedan en pie las casas de los señores.»
Aunque exageradas siempre, las lamentaciones de
estas viejas crónicas describen con toda exactitud la
impresión que producía en los hombres de la época la
revolución que se estaba operando en las condiciones
de producción. Comparando las obras de Tomás Moro
con las del canciller Fortescue, es como mejor se ve el
abismo que separa al siglo XV del XVI. Como observa
acertadamente Thornton, la clase obrera inglesa se
precipitó directamente, sin transición, de la edad de oro
a la edad de hierro.
La legislación se echó a temblar ante la transformación
que se estaba operando. No había llegado todavía
a ese apogeo de la civilización en que la “Wealth of
the Nation”, es decir la creación de capital y la
despiadada explotación y depauperación de la masa
del pueblo, se considera como la última Thule de toda
sabiduría política...
3. Leyes persiguiendo a sangre y fuego a los expropiados,
a partir del siglo XV. Leyes reduciendo el salario
Los contingentes expulsados de sus tierras al disolverse
las huestes feudales y ser expropiados a empellones
y por la fuerza de lo que poseían, formaban un
proletariado libre y privado de medios de existencia,
que no podía ser absorbido por las manufacturas con
la misma rapidez con que se le arrojaba al arroyo. Por
otra parte, estos seres que de repente se veían lanzados
fuera de su órbita acostumbrada de vida, no podían
adaptarse con la misma celeridad a la disciplina
de su nuevo estado. Y así, una masa de ellos fueron
convirtiéndose en mendigos, salteadores y vagabundos;
algunos por inclinación, pero los más, obligados
por las circunstancias. De aquí que, a fines del siglo
XV y durante todo el XVI, se dictasen en toda Europa
occidental una serie de leyes persiguiendo a sangre y
fuego el vagabundaje. De este modo, los padres de la
clase obrera moderna empezaron viéndose castigados
por algo de que ellos mismos eran víctimas, por verse
reducidos a vagabundos y mendigos. La legislación los
trataba como a delincuentes «voluntarios», como si
dependiese de su buena voluntad el continuar trabajando
en las viejas condiciones, ya abolidas.
En Inglaterra, esta legislación comenzó bajo el rei115
Historia Universal I Material de Apoyo
nado de Enrique VIII.
Enrique VIII, 1530: Los mendigos viejos e incapacitados
para el trabajo deberán proveerse de licencia para
mendigar. Para los vagabundos jóvenes y fuertes, azotes
y reclusión. Se les atará a la parte trasera de un
carro y se les azotará hasta que la sangre mane de su
cuerpo, devolviéndolos luego, bajo juramento, a su
pueblo natal o al sitio en que hayan residido durante
los últimos tres años, para que «se pongan a trabajar»
(to put himself to labour). ¡Qué ironía tan cruel! El 27
Enrique VIII reitera el estatuto anterior, pero con nuevas
adiciones, que lo hacen todavía más riguroso. En
caso de reincidencia y vagabundaje, deberá azotarse
de nuevo al culpable y cortarle media oreja: a la tercera
vez que se le sorprenda, se le ahorcará como criminal
peligroso y enemigo de la sociedad.
Eduardo VI Un estatuto dictado en el primer año de
su reinado, en 1547, ordena que si alguien se niega a
trabajar se le asigne como esclavo a la persona que le
denuncie. El dueño deberá alimentar a su esclavo con
pan y agua, bebidas flojas y los desperdicios de carne
que crea conveniente. Tiene derecho a obligarle a que
realice cualquier trabajo, por muy repelente que sea,
azotándole y encadenándole si fuere necesario. Si el
esclavo desaparece durante dos semanas, se le condenará
a esclavitud de por vida, marcándole a fuego
con una S en la frente o en un carrillo; si huye por tercera
vez, se le ahorcará como reo de alta traición. Su
dueño puede venderlo y legarlo a sus herederos o cederlo
como esclavo, exactamente igual que el ganado
o cualquier objeto mueble. Los esclavos que se confabulen
contra sus dueños serán también ahorcados. Los
jueces de paz seguirán las huellas a los pícaros, tan
pronto se les informe. Si se averigua que un vagabundo
lleva tres días seguidos haraganeando, se le expedirá
a su pueblo natal con una V marcada a fuego en el
pecho, y le sacarán a la calle con cadenas o empleándole
en otros servicios. El vagabundo que indique un
pueblo falso será castigado a permanecer en él toda la
vida como esclavo, sea de los vecinos o de la corporación,
y se le marcará a fuego con un S. Todo el mundo
tiene derecho a quitarle al vagabundo sus hijos y tenerlos
bajo su custodia como aprendices; los hijos hasta
los veinticuatro años, las hijas hasta los veinte. Si se
escapan, serán entregados como esclavos, hasta la
dicha edad, a sus maestros, quienes podrán azotarlos,
cargarlos de cadenas, etc., a su libre albedrío. El maestro
puede poner a su esclavo un anillo de hierro en el
cuello, el brazo o la pierna, para identificarlo mejor y
tenerlo más a mano. En la última parte de este estatuto
se establece que ciertos pobres podrán ser obligados
a trabajar para el lugar o el individuo que les dé de
comer y beber y les busque trabajo. Esta clase de esclavos
parroquiales subsiste en Inglaterra hasta bien
entrado el siglo XIX, bajo el nombre de roundsmen
(rondadores).
Isabel, 1752: Los mendigos sin licencia y mayores
de catorce años serán azotados sin misericordia y
marcados con un hierro candente en la oreja izquierda,
caso de que nadie quiera tomarlos durante dos años
a su servicio. En caso de reincidencia, siempre que
sean mayores de dieciocho años y nadie quiera tomarlos
por dos años a su servicio, serán ahorcados. A la
tercera vez, se les ahorcará irremisiblemente como reos
de alta traición. Otros estatutos semejantes: 18 Isabel
c. 13 y 1597.
Jacobo 1: Todo el que no tenga empleo fijo y se
dedique a mendigar es declarado vagabundo. Los jueces
de paz de las Petty Sessions quedan autorizados
a mandarlos azotar en público y a recluirlos en la cárcel,
a la primera vez que se les sorprenda por seis
meses, a la segunda vez por dos años. Durante su
permanencia en la cárcel, podrán ser azotados tantas
veces y en tanta cantidad como los jueces de paz crean
conveniente.
Los vagabundos peligrosos e incorregibles deberán
ser marcados a fuego con una R en el hombro izquierdo
y sujetos a trabajos forzados; y si se les sorprende
nuevamente mendigando, serán ahorcados sin
misericordia. Estos preceptos, que conservan su fuerza
legal hasta los primeros años del siglo XVIII, sólo
fueron derogados por la 12 Ana c. 23.
Leyes parecidas a éstas se dictaron también en
Francia, en cuya capital se había establecido, a mediados
del siglo XVIII, un verdadero reino de vagabundos
(royaume des truands). Todavía en los primeros
años del reinado de Luis XVI (Ordenanza de 13 de julio
de 1777), disponía la ley que se mandase a galeras
a todas las personas de dieciséis a sesenta años que,
gozando de salud, careciesen de medios de vida y no
ejerciesen ninguna profesión. Normas semejantes se
contenían en el estatuto dado por Carlos V, en octubre
de 1537, para los Países Bajos, en el primer edicto de
los Estados y ciudades de Holanda (19 de marzo de
1614), en el bando de las provincias unidas (25 de junio
de 1649), etc.
Véase, pues, cómo después de ser violentamente
expropiados y expulsados de sus tierras y convertidos
en vagabundos, se encajaba a los antiguos campesinos,
mediante leyes grotescamente terroristas, a fuerza
de palos, de marcas a fuego y de tormentos, en la
disciplina que exigía el sistema del trabajo asalariado.
No basta con que las condiciones de trabajo cristalicen
en uno de los polos como capital y en el polo
contrario como hombres que no tienen nada que vender
más que su fuerza de trabajo. Ni basta tampoco
con obligar a éstos a venderse voluntariamente. En el
transcurso de la producción capitalista, se va formando
una clase obrera que, a fuerza de educación, de
tradición, de costumbre, se somete a las exigencias de
este régimen de producción como a las más lógicas
leyes naturales. La organización del proceso capitalis116
Material de Apoyo Historia Universal I
ta de producción ya desarrollado vence todas las resistencias;
la existencia constante de una superpoblación
relativa mantiene la ley de la oferta y la demanda de trabajo
a tono con las necesidades de explotación del capital,
y la presión sorda de las condiciones económicas sella
el poder de mando del capitalista sobre el obrero. Todavía
se emplea, de vez en cuando, la violencia directa,
extraeconómica; pero sólo en casos excepcionales. Dentro
de la marcha natural de las cosas, ya puede dejarse al
obrero a merced de las «leyes naturales de la producción
», es decir, entregado al predominio del capital, predominio
que las propias condiciones de producción engendran,
garantizan y perpetúan. Durante la génesis histórica
de la producción capitalista, no ocurre aun así. La
burguesía, que va ascendiendo, pero que aún no ha triunfado
del todo, necesita y emplea todavía el poder del estado
para «regular» los salarios, es decir, para sujetarlos
dentro de los límites que convienen a los fabricantes de
plusvalía, y para alargar la jornada de trabajo y mantener
al mismo obrero en el grado normal de subordinación.
Es éste un factor esencial de la llamada acumulación originaria.
La clase de los obreros asalariados, que surgió en la
segunda mitad del siglo XIV, sólo representaba por aquel
entonces y durante el siglo siguiente una parte muy pequeña
de la población, que tenía bien cubierta la espalda
por el régimen de los campesinos independientes, de una
parte, y de otra, por la organización gremial de las ciudades.
Tanto en la ciudad como en el campo, había una
cierta afinidad social entre patronos y obreros. La supeditación
del trabajo al capital era puramente formal; es decir,
el régimen de producción no presentaba aún un carácter
específicamente capitalista. El capital variable predominaba
considerablemente sobre el capital constante. Por
eso la demanda de trabajo asalariado crecía rápidamente
con cada acumulación de capital, seguida lentamente por
la oferta. Por aquel entonces, todavía se invertía en el
fondo de consumo del obrero una gran parte del producto
nacional, que más tarde habría de convertirse en fondo
de acumulación del capital.
En Inglaterra, la legislación sobre el trabajo asalariado,
encaminada desde el primer momento a la explotación
del obrero y enemiga de él desde el primer instante
hasta el último, comienza con el Statute of Labourers de
Eduardo III, en 1349. A él corresponde, en Francia, la Ordenanza
de 1350, dictada en nombre del rey Juan. La legislación
inglesa y francesa siguen rumbos paralelos y tienen
idéntico contenido. En la parte en que los estatutos
obreros procuran imponer la prolongación de la jornada
de trabajo no hemos de volver sobre ellos, pues este punto
ha sido tratado ya (capítulo VIII, 5).
El Statute of Labourers se dictó ante las apremiantes
quejas de la Cámara de los Comunes. «Antes —dice
candorosamente un tory— los pobres exigían unos jornales
tan altos, que ponían en trance de ruina a la industria y
a la riqueza. Hoy, sus salarios son tan bajos, que ponen
también en trance de ruina la industria y la riqueza, pero
de otro modo y tal vez más amenazadoramente que antes.
» En este estatuto se establece una tarifa legal de salarios
para el campo y la ciudad, por piezas y por días. Los
obreros del campo deberán contratarse por años, los de
la ciudad «en el mercado libre». Se prohibe, bajo penas
de cárcel, abonar jornales superiores a los señalados por
el estatuto, pero el delito de percibir salarios ilegales se
castiga con mayor dureza que el delito de abonarlos. Siguiendo
la misma norma, en las secciones 18 y 19 del
Estatuto de aprendices dictado por la reina Isabel se castiga
con diez días de cárcel al que abone jornales excesivos;
en cambio, al que los cobre se le castiga con veintiuno.
Un estatuto de 1360 aumenta las penas y autoriza
incluso al patrono para imponer, mediante castigos corporales,
el trabajo por el salario tarifado. Se declaran nulas
todas las combinaciones, contratos, juramentos, etc., con
que se obligan entre sí los albañiles y los carpinteros. Desde
el siglo XIV hasta 1825, el año de la abolición de las leyes
anticoalicionistas, las coaliciones obreras son consideradas
como un grave crimen. Cuál era el espíritu que inspiraba
el estatuto obrero de 1349 y sus hermanos menores
se ve claramente con sólo advertir que en él se fijaba por
imperio del estado un salario máximo; lo que no se prescribía
ni por asomo era un salario mínimo.
Durante el siglo XVI, empeoró considerablemente,
como se sabe, la situación de los obreros. El salario en
dinero había subido, pero no proporcionalmente a la depreciación
de la moneda y a la correspondiente subida de
los precios de las mercancías. En realidad, pues, los jornales
habían bajado. A pesar de ello, seguían en vigor las
leyes encaminadas a hacerlos bajar, con la conminación
de cortar la oreja y marcar con el hierro candente á aquellos
«que nadie quisiera tomar a su servicio». El Estatuto
de aprendices 5 Isabel c. 3 autorizaba a los jueces de paz
para fijar ciertos salarios y modificarlos, según las épocas
del año y los precios de las mercancías. Jacobo I hizo
extensiva esta norma a los tejedores, los hilanderos y toda
suerte de categorías obreras, y Jorge II extendió las leyes
contra las coaliciones obreras a todas las manufacturas.
Dentro del verdadero período manufacturero, el régimen
capitalista de producción sentíase ya lo suficientemente
fuerte para que la reglamentación legal de los salarios
fuese tan impracticable como superflua, pero se conservaban,
por si acaso, las armas del antiguo arsenal.
Todavía el 8 Jorge II prohibe que los oficiales de sastre de
Londres y sus alrededores cobren más de 2 chelines y 7
peniques y medio de jornal, salvo en casos de duelo público;
el 13 Jorge III c. 68 encomienda a los jueces de paz
la reglamentación del salario de los tejedores en seda; en
1796, fueron necesarios dos fallos de los tribunales superiores
para decidir si las órdenes de los jueces de paz
sobre salarios regían también para los obreros no agrícolas;
en 1799, una ley del parlamento confirma que el salario
de los obreros mineros de Escocia se halla reglamentado...
117
Historia Universal I Material de Apoyo
El siglo XVIII es el siglo de las mayúsculas:
Libertad, Progreso, Hombre. Se defienden ciertos
principios y se escriben pomposamente con mayúscula,
como verdades universales, en cierta manera como
verdades religiosas. De estos principios se habla en
los salones y se escribe en los periódicos,
consiguiéndose así su difusión.
Aparentemente, el siglo XVIII es una época de
equilibrio, de optimismo, de bienestar. Pero a partir de
1760 se advierte un cambio progresivo, que llega a
desembocar en la Revolución Francesa.
En principio, este resultado parece
inconcebible, pero estudiando a fondo el pensamiento
y la sociedad de esta centuria, advertiremos que ya
desde sus comienzos existía un movimiento ideológico
que se enfrentaba al absolutismo característico de la
época de Luis XIV.
EL PENSAMIENTO DE LA ILUSTRACION
LOS INICIOS DE LA CRISIS
En el tránsito del siglo XVII al XVIII se observan
ya elementos discordantes dentro del pensamiento
absolutista, característico de la época del Barroco.
Aunque en Francia y Alemania algunos pensadores
Aprendizajes
El alumno explicará los aportes de la Ilustración y de las Revoluciones burguesas en su momento
y en el mundo actual.
Contenidos temáticos
La ilustración y el enciclopedismo: fuentes idológicas del liberalismo. El despotismo ilustrado.
LA ILUSTRACIÓN Y LA CRISIS DEL ANTIGUO
RÉGIMEN
A. Fernández et al*
Ejercicios y sugerencias de aprendizaje número veintiocho
I.- Lectura y análisis
Leer el texto: “La Ilustración y la crisis del Antiguo Régimen” para tratar de entender cómo y por qué las
ideas ilustradas contribuyeron a debilitar el orden social defendido por el absolutismo.
l
II.- Actividades de profundización y refuerzo del tema.
• Leer los textos: John Locke, A letter concerning toleration (1689); Encyclopedie (1751-1772) Superstition;
y Encyclopedie. Propriété.
• Formar equipos de trabajo (cada uno de 5 ó 6 integrantes), para que, mediante un intercambio de
opiniones o una discusión procuren contestar a estas preguntas.
1. ¿Por qué las ideas básicas contenidas en el texto de Locke resultan contrarias al absolutismo monárquico?
2. Tomando en cuenta cómo se hallaban estructuradas las sociedades europeas de los siglos XVII y XVIII
¿a quiénes afectaría más el contenido del texto Superstition y por qué?
3. De acuerdo con la argumentación que se presenta en el tercer texto, ¿por qué es justo o legítimo el
derecho a la propiedad privada o particular?
inician la crítica del absolutismo y de la Iglesia católica,
es en Inglaterra donde se ponen las bases de este
movimiento de crisis al extenderse la idea de una
religión natural o deísmo, que se basaba en la
creencia en un Ser Supremo, pero sin practicar ninguna
religión.
La figura más representativa de esta
generación de transición entre los dos siglos es John
Locke, continuador del empirismo científico de su
compatriota Bacon, que aplica al pensamiento filosófico
en el Ensayo sobre el conocimiento humano. Las ideas
políticas de Locke están expuestas en su obra Dos
tratados de gobierno (1690), donde propugna la
separación de poderes, es decir, un tipo de gobierno
parlamentario, frente al sistema absolutista vigente en
toda Europa.
Casi contemporáneo de Locke es el físico y
matemático alemán Leibniz, que elabora un sistema
filosófico idealista, muy distinto al empirismo inglés. Su
optimismo filosófico le lleva a proponer la unión de las
Iglesias y la concordia entre los Estados para conseguir
la unidad europea.
118
Material de Apoyo Historia Universal I
EL DESARROLLO CIENTIFICO
Isaac Newton es, como los dos autores
anteriormente citados, un hombre de tránsito entre dos
épocas. Físico, astrónomo y matemático, descubrió,
como ya hemos mencionado, la gravitación universal y
sus leyes, ideó el cálculo diferencial e investigó la
composición y descomposición de la luz.
Sobre las bases establecidas por los científicos
del Barroco y por Leibniz y Newton se asienta un
extraordinario desarrollo de las ciencias físicas y naturales.
Fahrenheit, Réaumur y Celsius inventaron
simultáneamente el termómetro; Herschell descubrió
el planeta Urano y Laplace desarrolló una teoría sobre
la formación del Universo; para comprobar el
achatamiento polar de la Tierra se realizó la medición
de un arco de meridiano; el francés Papin inició los
estudios sobre la presión del vapor de agua, que
culminarían con la invención de la máquina de vapor
por el escocés Watt.
Campos de estudio nuevos fueron el de la
química, que adquirió categoría científica tras la
publicación de la obra de Lavoisier Tratado elemental
de química, y el de la electricidad, que en el aspecto
práctico permitió la invención del pararrayos por
Franklin, y culminó al terminar el siglo con el
descubrimiento de la pila eléctrica por Volta.
Los anteriormente citados no son más que unos
pocos nombres entre los muchos científicos que
descollaron a lo largo del siglo XVIII, y a los que habría
que añadir los de los naturalistas Buffon y Linneo y el
del médico inglés Jenner, descubridor de la vacuna
antivariólica.
LA ILUSTRACION
Este extraordinario desarrollo científico del siglo
XVIII tenía que influir, lógicamente, en la sociedad y la
cultura de la época, Surge así el movimiento cultural
denominado Ilustración, que en realidad es un proceso
de divulgación de los principios filosóficos y científicos
establecidos desde la época del Barroco.
Los intelectuales europeos, y especialmente los
franceses, se sienten atraídos desde comienzos de siglo
por los pensadores ingleses y de su fe en la razón y en
la ciencia deriva este nombre de ilustración (los
intelectuales son llamados ilustrados)
Los ilustrados no atacan abiertamente y con
violencia la estructura social y política del Antiguo
Régimen; por el contrario, realizan una crítica
impregnada de ironía. Se ponen de moda los relatos
literarios que simulan viajes de gentes de otros
continentes a Europa y que exponen su opinión
contraria a todo lo que observan. La obra más
representativa es Las cartas persas (1721) del barón
de Montesquieu, que ataca con agudo ingenio los
principios básicos del Antiguo Régimen.
La Ilustración propaga unas ideas que son bien
acogidas no sólo entre intelectuales y burgueses, sino
también entre la aristocracia y el clero. Estas ideas se
extienden y comentan en salones y cafés, se escriben
y publican en libros, gacetas y periódicos. Este afán de
saber y comentar contribuyó al desarrollo de la opinión
pública a través de la prensa.
Podríamos resumir las ideas básicas de la
mentalidad ilustrada en:
a) La Naturaleza, cuyos secretos se van
descubriendo y que el hombre admira, considerando
que la sociedad ha corrompido al hombre.
b) El Progreso, que surge gracias al desarrollo
científico, dando paso a la técnica, a lo útil para el
avance de la humanidad.
c) La Razón, que se aplica a todos los campos,
confiando en que el hombre, mediante el uso de la razón
es capaz de conseguir conquistas increíbles.
d) La Felicidad, concepto éste que nos da idea
del sentido optimista de la ilustración: se considera que
el hombre tiene derecho a ser feliz y se define la política
como el arte de hacer felices a los pueblos.
LA ILUSTRACION FRANCESA
Podemos distinguir en la Ilustración francesa
dos generaciones de pensadores:
La primera generación de ilustrados. Está
fuertemente marcada por las personalidades de
Montesquieu y Voltaire.
La obra cumbre de Montesquieu es El espíritu
de las leyes (1748). En ella, después de estudiar los
distintos regímenes políticos de la historia, declara que
el sistema político ideal es el parlamentarismo, basado
en la división de poderes:
-El poder legislativo deberá estar en manos del
Parlamento.
-El poder ejecutivo en el rey y los ministros.
-El poder judicial en tribunales legalmente
constituidos.
Este proyecto de estructura política es un
ataque directo a la concentración de poderes en manos
de la realeza absolutista.
Voltaire, poeta, historiador y filósofo, fue un
escritor brillante, fuertemente influido por el deísmo
inglés. Los ataques del Voltaire al Antiguo Régimen no
son tan directos como los de Montesquieu, pero son
más destructivos, porque Voltaire emplea un lenguaje
mordaz e irónico, tremendamente demoledor, contra la
Iglesia y el absolutismo, en numerosísimos escritos,
entre los que destaca el Diccionario filosófico.
La segunda generación de ilustrados
franceses. Está constituida por un numeroso grupo de
pensadores, que recogen la herencia de Montesquieu
y Voltaire y la plasman en la Enciclopedia, diccionario
119
Historia Universal I Material de Apoyo
de ciencias y artes cuya publicación se inició en 1751.
Con su carácter antiabsolutista y anticlerical, la
Enciclopedia se convierte en la obra representativa de
la Ilustración; entre sus colaboradores destacan Diderot
y D’Alembert.
Pero la gran figura de este generación es el
ginebrino Jean Jacques Rousseau, que supera el
racionalismo de la Ilustración al defender los derechos
de la personalidad humana y el amor a la Naturaleza
en La Nueva Eloísa y en Emilio. Su pensamiento
político, que influiría fuertemente sobre la Revolución
Francesa y el liberalismo democrático, queda plasmado
en El Contrato Social (1762). En esta obra, Rousseau
considera que el Estado debe basarse en un contrato
entre gobernantes y gobernados y que la voluntad del
pueblo es el origen de la soberanía y de las leyes, con
lo que niega rotundamente el poder real de derecho
divino.
LA ILUSTRACION EUROPEA
La influencia de las nuevas ideas fue muy fuerte
en Alemania, España e incluso en Hispanoamérica,
donde se realizaron numerosas ediciones de la
Enciclopedia.
En España, las figuras del nuevo espíritu crítico
son el Padre Feijóo y, sobre todo, Gaspar Melchor de
Jovellanos, influido por el enciclopedismo, pero más
partidario de reformar las estructuras económicas y
culturales que las políticas (Informe sobre la Ley
Agraria).
En Alemania, la Ilustración (Aufklärung) es
iniciada por Christian Wolff, a partir del cual se desarrolló
un movimiento que llevaría a un idealismo filosófico,
cuya figura más representativa es Emmanuel Kant.
TEXTO NÚM. 2
Para mí, el Estado es una sociedad de hombres
constituida únicamente con el fin de adquirir, conservar, y mejorar
sus propios intereses civiles.
Intereses civiles llamo a la vida, libertad, salud y
prosperidad del cuerpo; y a la posesión de bienes externos,
tales como dinero, tierras, casas, mobiliario y cosas semejantes.
Es deber de los magistrados civiles, mediante la
ejecución imparcial de leyes igualitarias, asegurar a todo el
pueblo en general, y a cada uno de los individuos en particular,
la posesión justa de tales cosas que pertenecen a esta vida.
Si alguien, tratara de violar las leyes de justicia y equidad
públicas establecidas para la conservación de aquellas cosas,
hay que frenar su osadía por el temor al castigo, consistente
en la privación o disminución de aquellos intereses o bienes
civiles de que normalmente puede y debe gozar. Pero
considerando que ningún hombre accede voluntariamente a
castigarse a sí mismo mediante la privación de parte de sus
bienes, y mucho menos de su libertad de vida, por tanto, es el
magistrado armado con la fuerza y apoyo de todos sus súbditos
el que debe ejercer el castigo de quienes violan los derechos
de cualquier otro hombre.
Ahora que la jurisdicción total del magistrado alcanza
solamente estos aspectos civiles; y que todo poder, derecho y
dominio civil, está limitado y obligado a la cuidadosa promoción
de estas cosas; y que ni puede ni debe de ninguna manera
extenderse a la salvación de las almas, estas consideraciones
que siguen me parecen que lo demuestran abundantemente.
Primero, porque el cuidado de las almas no está
encomendado más especialmente a la magistratura civil que
a los demás hombres. No le ha sido encomendado, quiero
decir, por Dios; porque no parece que Dios haya dado nunca
tal autoridad a ningún hombre sobre otro como para obligar a
alguien a practicar determinada religión. Ni puede tal poder
quedar investido en la magistratura por el consentimiento del
pueblo, porque ningún hombre puede abandonar de una
manera tan radical el cuidado de su propia salvación que lo
delegue ciegamente en la elección de cualquier otro, ya sea
príncipe o súbdito, que le prescriba qué fe o culto debe abrazar.
(...)
J. Locke: A letter concerning toleration (1689).
Tomado de Miguel Artola, Textos fundamentales
para la historia. Madrid, Alianza Universidad, 1978, p.
398.
120
Material de Apoyo Historia Universal I
TEXTO NÚM. 3
En efecto la superstición es un culto de religión
falso, mal dirigido, lleno de vanos terrores, contrario a
la razón y a las sanas ideas que se deben tener del Ser
supremo. O si preferís, la superstición es esta especie
de encantamiento o de poder mágico que el temor
ejerce sobre nuestra alma; hija desgraciada de la
imaginación, emplea para impresionarnos los
espectros, los sueños y visiones. Ella es, dice Bacon,
quien ha forjado los ídolos del vulgo, los genios
invisibles, los días faustos o infaustos, los dardos
invencibles del amor o del odio. Abruma el espíritu,
principalmente durante la enfermedad o la desgracia,
cambia la buena disciplina y las costumbres venerables
en payasadas y ceremonias superficiales. En cuanto
ha echado raíces en cualquier religión, buena o mala,
es capaz de extinguir las luces naturales y turbar las
más sanas cabezas. En fin, es el más terrible azote de
la humanidad. El mismo ateísmo -ya es decir- no
destruye con todo los sentimientos naturales, ni lesiona
las leyes ni las costumbres del pueblo, pero la
superstición es un tirano despótico que hace que todo
se rinda a estas quimeras. Sus prejuicios son
superiores a todos los restantes prejuicios. Un ateo
desea la tranquilidad pública, por amor a su propio
reposo, pero la superstición fanática, nacida de la
turbación de la imaginación, derroca los imperios. (...)
Encyclopédie (1751-72) s.v. Superstition.
Tomado de Miguel Artola, Textos fundamentales
para la historia. Madrid, Alianza Universidad, 1978, pp.
405-406.
TEXTO NÚM. 4
Propiedad es el derecho que tiene cada uno
de los individuos de los que se compone una sociedad
civilizada, sobre los bienes que legítimamente ha
adquirido.
Una de las miras principales de los hombres,
al constituir sociedades civilizadas, ha sido la de
asegurar la posesión tranquila de las ventajas que
habían adquirido, o que podían adquirir. Han querido
que nadie pueda incomodarlos en el disfrute de sus
bienes, y para ello cada uno ha consentido en sacrificar
una porción de lo que llamamos impuestos, para la
conservación y mantenimiento de la sociedad entera.
Con ello se ha querido procurar a los jefes que se habían
elegido, los medios de mantener a cada particular en
el disfrute de la porción que se había reservado. Por
grande que haya podido ser el entusiasmo de los
hombres, respecto a los soberanos a los que se
sometían, jamás han pretendido darle un poder absoluto
e ilimitado sobre todos sus bienes, jamás han contado
con la necesidad de no trabajar sino para ellos. La
adulación de los cortesanos, para los que los más
absurdos principios no cuentan nada, ha querido a
veces persuadir a los príncipes de que tenían un
derecho absoluto sobre los bienes de sus súbditos; tan
sólo los déspotas y los tiranos han adoptado máximas
tan irracionales. El rey de Siam pretende ser dueño de
todos los bienes de sus súbditos; el fruto de tan bárbaro
derecho es que el primer rebelde afortunado se hace
propietario de los bienes del rey de Siam. Todo poder
que se funda sobre la fuerza, es destruido por la misma
vía. En los estados que se guían por las leyes de la
razón, las propiedades de los particulares están bajo
la protección de las leyes; el padre de familia está
seguro de disfrutar él mismo y de transmitir a su
descendencia los bienes que con su trabajo ha reunido;
los buenos reyes han respetado siempre las posesiones
de sus súbditos; no han mirado los dineros públicos
que les han sido confiados, sino como un depósito al
que no les estaba permitido tocar para satisfacer sus
frívolas pasiones, ni la codicia de sus favoritos, ni la
rapiña de sus cortesanos.
Encyclopédie s.v. Propriété.
Tomado de Miguel Artola, Textos fundamentales
para la historia. Madrid, Alianza Universidad, 1978, p.
410.
* Tomado de Historia de las civilizaciones y del arte
de Occidente, Barcelona, Editorial Vicens-Vives, 1993,
pp. . 250-257.
121
Historia Universal I Material de Apoyo
Durante el siglo XVIII en varios países europeos
(España, Francia, Prusia, Austria y Rusia,
principalmente) surgieron gobiernos cuya política recibió
el nombre de Despotismo ilustrado.
Para entender el significado de este concepto,
debemos ubicarnos imaginariamente en la Europa de
los siglos XV y XVI, cuando estaban comenzando las
monarquías absolutas.
El absolutismo monárquico era una forma de Estado
en la que el poder se hallaba centralizado en manos
del rey, máximo representante de la nobleza o aristocracia
feudal, la clase dominante de aquellos siglos.
El rey o monarca absoluto, justificaba el dominio
que ejercía sobre la sociedad, argumentando que Dios
le había dado el poder y por tanto el derecho a gobernar.
Tal concentración de fuerza política podía, al menos
ocasionalmente, hacer que el rey se transformara
en un déspota, es decir en un gobernante que abusaba
de su autoridad sin sujetarse a ningún tipo de leyes.
La función o papel principal de las monarquías
absolutas era proteger a la clase aristocrática privilegiada,
controlando o reprimiendo de diversas maneras
a los trabajadores del campo y de la ciudad, pero también
a la joven clase burguesa, cuyos negocios le iban
permitiendo prosperar y robustecerse económicamente,
aunque sin la posibilidad de alcanzar los altos puestos
políticos reservados a la aristocracia.
Ya para el siglo XVIII, varios países europeos
mostraban crecientes tensiones entre sus clases sociales,
derivadas de problemas que los monarcas
absolutistas eran incapaces de resolver sin afectar los
privilegios aristocráticos.
Fue en esta atmósfera de conflictos en aumento
cuando se difundieron las ideas de un trascendente
movimiento cultural conocido como Ilustración o Iluminismo,
Corriente de pensamiento que mostraba en
esencia los intereses de la burguesía por ascender políticamente
desplazando a la aristocracia.
Pensadores ilustrados tan relevantes como
Montesquieu, Voltaire, Rousseau y otros más, lanzaban
críticas agudas contra el absolutismo monárquico,
los privilegios de la nobleza, el fanatismo religioso o la
miseria de los trabajadores, al tiempo que defendían la
capacidad de los seres humanos para alcanzar el progreso
mediante el uso de la razón y la ciencia. Planteando
también ideas de tremendo impacto como la de
soberanía popular, que reconocía el poder de los pueblos
para decidir su futuro mediante la participación
democrática.
Fue entonces cuando varios monarcas absolutos
(entre ellos Carlos III de España, Federico II de
Prusia, José II de Austria y Catalina II de Rusia) empezaron
a interesarse en aplicar algunas ideas de la Ilustración,
por supuesto aquellas que no ponían en peligro
la continuidad del Absolutismo monárquico ni el
predominio social de la aristocracia. Es a esta fusión
Ejercicios y sugerencias de aprendizaje número veintinueve
I. Lectura y reflexión.
· Leer el texto “El despotismo ilustrado” tratando de relacionar su contenido con lo estudiando en la sesión
anterior. Si se entendieron las características principales de la mentalidad ilustrada la lectura del texto en
cuestión será más fácil y provechosa.
A medida que se va leyendo, redactar algunas preguntas respecto a las ideas o partes más difíciles. Como
el texto es breve, se sugiere que las preguntas no sean más de cinco.
II. Actividades de profundización y refuerzo.
Al terminar la lectura, el profesor puede solicitar que los (as) alumnos (as) digan pública y voluntariamente
cuáles son sus principales preguntas, anotándolas en el pizarrón sin que se repitan.
Una vez anotadas las preguntas, el profesor tratará de ubicarlas en orden lógico y pedirá que alumnos (as)
voluntarios (as) intervengan para contestarlas. Si la participación libre es escasa, señalará a varios (as) alumnos
(as) para responder.
Concluida esta parte del trabajo y organizados en equipos los (as) alumnos (as) tratarán de resolver el
Despotigrama que se anexa al texto.
Finalmente y cuando los equipos hayan entregado sus crucigramas resueltos, el profesor indicará cuáles
son las respuestas correctas.
EL DESPOTISMO ILUSTRADO
Ricardo Antonio. Reyes Juárez
122
Material de Apoyo Historia Universal I
entre Absolutismo e Ilustración a lo que desde el siglo
XIX se le empezó a denominar Despotismo ilustrado.
¿Cuáles fueron algunas de las reformas
que los déspotas ilustrados empezaron a impulsar?,
he aquí una serie de ellas: reducción del poder eclesiástico;
impulso a la educación creando colegios y universidades;
mejora en la situación de los pobres mediante
instituciones de beneficencia, asilos, hospitales,
etc.; fomento del progreso científico y tecnológico para
modernizar la economía; creación de una más eficiente
administración estatal; etc.
Pero claro, otras ideas ilustradas como las de
dividir el poder político, acabar con el absolutismo y
con los privilegios nobiliarios, respetar la soberanía popular,
etc. no recibieron aceptación por parte de los
déspotas ilustrados, pues obviamente dichos planteamientos
sí ponían en riesgo el predominio de la clase
aristocrática feudal.
Podemos decir entonces que el Despotismo ilustrado
fue una política destinada a modificar sólo algunos
aspectos de las sociedades europeas en el siglo
XVIII, para atenuar los problemas que amenazaban al
viejo régimen feudal , modernizar el poder del Estado
absolutista, alejando la posibilidad, al menos eso se
pretendía, de cambios sociales a fondo, revolucionarios.
123
Historia Universal I Material de Apoyo
Auge y retroceso del Parlamento. El proceso
de la formación del Estado-Nación se inició en Inglaterra
mucho antes que en cualquier otro país europeo.
Ya que desde el siglo XI el poder central del rey era
considerado por el pueblo como la defensa contra los
señores locales. En la estructura política inglesa sobresalen
dos rasgos distintivos: la elaboración de un
derecho común consuetudinario (derivado de los antiguos
sajones), cuya administración ejercía la monarquía;
y en segundo lugar, el primitivo consejo del rey,
formado por dignatarios temporales y espirituales que
fue el núcleo del gobierno representativo.
Esa tendencia centralizadora chocó con los
intereses de la iglesia católica y sufrió diversos retrocesos,
uno de los más significativos fue en 1215 cuando
el rey Juan «Sin Tierra», que había atacado los privilegios
de la nobleza laica y eclesiástica y de los comerciantes
locales, fue obligado a firmar la «Carta
Magna», por la que se estableció el principio de que el
poder real estaba limitado por los derechos tradicionales
y prohibía expresamente el establecimiento de impuestos
arbitrarios sin antes establecerse una consulta
entre el rey y los representantes de los señores feudales,
la nueva nobleza y el tercer estado, iniciándose
así el establecimiento del Parlamento.
Esta división de funciones entre el ejecutivo y
la legislatura fue paralela a la declinación del sistema
feudal, en la medida que el comercio y la industria crecían,
lo que significó la elevación de la nueva nobleza
y la clase media compuestas de terratenientes, comerciantes
y maestros artesanos que estaban satisfechos
de que la ley y la administración estuviera en manos
de la autoridad real; y se dedicaron sistemáticamente
a la destrucción de la antigua nobleza feudal. Esta alianza
temporal permitió a Enrique VIII en 1534 romper
con Roma apoyado por su pueblo, iniciando así el proceso
que culminaría con la formación del anglicanismo.
El Parlamento en esa época ejercía muy poco
el poder. El rey podía elegir libremente a sus consejeros
y éstos le rendían cuantas a él. Poco a poco los
monarcas ingleses fueron rompiendo la alianza con los
sectores sociales -burguesía y nobles aburguesadosque
estaban representados por el Parlamento.1
La primera Revolución Inglesa. Durante la primera
mitad del siglo XVII (Jacobo I y Carlos I) los monarcas
ingleses intentaron fortalecer el poder real en
detrimento del Parlamento. Además, realizaron una
política económica y financiera que afectó los intereses
de los grandes terratenientes y comerciantes al
otorgar monopolios a nobles cortesanos, lo que produjo
una paulatina ruptura en la élite política inglesa. Además,
poco a poco la monarquía se reservó el manejo
del poder legislativo, las jurisdicciones especiales, el
derecho a decretar impuestos sin el consentimiento del
Parlamento.
Al proceso que durante el siglo XVII acabó con
la monarquía absoluta en Inglaterra y que instauró el
principio de soberanía parlamentaria, se le conoce como
las Revoluciones Inglesas. A éstas los historiadores las
dividen en dos etapas, la primera de 1641-49 que inicia
con la lucha entre el rey y el Parlamento y termina
con la ejecución del rey y la Instauración de la
Commonwealth. La segunda, que inicia con la restauración
de la monarquía (Carlos II y Jacobo II) termina
con la llegada al trono inglés de Guillermo de Orange
Aprendizajes
El alumno explicará los aportes de la Ilustración y de las Revoluciones burguesas en su momento
y en el mundo actual.
Contenidos temáticos
Las revoluciones liberal-burguesas en Inglaterra y la independencia de las trece colonias inglesas.
Ejercicios y sugerencias de aprendizaje número treinta
I.- Lectura y análisis
1. Lee y subraya el texto “El parlamentarismo y las revoluciones inglesas”.
II. Actividades de profundización y refuerzo.
1. Elaborar en una cartulina una Línea del Tiempo con la información del texto leído.
EL PARLAMENTARISMO Y LAS REVOLUCIONES
INGLESAS*
Víctor Manuel Sandoval González
124
Material de Apoyo Historia Universal I
1689, quien acepta la monarquía parlamentaria.
En la primera se dio el enfrentamiento del Parlamento
con Jacobo I y Carlos I.
Jacobo I (1603-1625) defendió la teoría del
derecho divino de los reyes y gobernó en forma absolutista.
Despreciaba a los puritanos por su tendencia
igualitaria, persiguió a los católicos e hizo que los
súbditos bajo juramento rechazaran su derecho a deponer
al rey. Se rodeó de favoritos prodigándoles títulos
y regalos para hacerse de recursos económicos sin
contar con Parlamento vendió títulos de nobleza, aumentó
impuestos disimulados y elevó derechos de
aduanas. Fomentó la corrupción para obtener plazas
y privilegios.2 Carlos I (1625-1649), hijo de Jacobo I,
continuó y acentuó la política absolutista de su padre.
Trató de realizar una combativa política exterior pero
fracaso. Luchó contra España con poco éxito, lo que lo
obligó en 1628 a pedir la autorización de préstamos
para la guerra al Parlamento, que le era adverso. Los
comunes le presentaron una petición (Petition of Right),
para sancionar, que:
1ª No podrían realizarse encarcelamientos arbitrarios
2ª Debería respetarse una ley escrita sobre las
libertades individuales.
3ª No se crearían impuestos sin el consentimiento
del Parlamento.
Aunque Carlos I la aceptó, un año después
cerró el Parlamento porque no aprobó el cobró de nuevos
impuestos. Durante los once años siguientes Carlos
I, sus ministros y un consejo con atribuciones judiciales,
la llamada “Cámara Estrellada”, gobernaron
despóticamente, creando impuestos arbitrarios y
reestableciendo impuestos en desuso como el Ship-
Money, impuesto sobre los barcos comerciales ingleses
para pagar la armada real.
Esto ocasionó la continua oposición al rey dentro
del Parlamento que en 1641 reafirmó el derecho de
los ingleses de pagar impuestos que previamente no
fueran aceptados por sus representantes legítimos y
abolió la Cámara Estrellada. Carlos I rompió con el
Parlamento e inició así una guerra civil (1642-46), en
la cual saldría triunfadores los partidarios del Parlamento.
Durante la lucha contra el rey las clases representadas
en el Parlamento tomaron diversas posiciones.
La burguesía capitalista y terrateniente formó un
grupo moderado, que dominaba el Parlamento, y cuyos
cuadros dirigentes dominaban el ejército parlamentario.
La pequeña burguesía y la clase media formó un
partido llamado levellers (niveladores), grupo de liberales
radicales que defendía la propiedad privada pero
se oponían a cualquier clase de privilegios y cualquier
tipo de monopolios comerciales y pedían el sufragio
universal. De este grupo surgió un grupo más pequeño
de izquierda radical, los llamados diggers
(excavadores), partidarios de la igualdad económica,
sostenían que la tierra debía ser usufructada
comunalmente.3 Los pronunciamientos radicales de los
diggers fueron muy elocuentes y populares: “Llorad
pues, aullad, vosotros ricos. Dios vendrá a castigaros
de todas vuestras opresiones; vivís del trabajo de los
demás hombres, pero para comer solo les dais salvado,
arrancando a vuestros hermanos alquileres e impuestos
e enormes. ¿Pero qué haréis a partir de ahora?
Pues el pueblo no estará ya sometido a vuestra
esclavitud y le iluminará el conocimiento del Señor”.4
El ejército revolucionario fue encabezado por
Fairfax y Cromwell. Este último derrotó a los realistas a
partir de las batallas de Newbury y Marston Moor en
1644 y en la de Naseby en 1645. Pero se enemistó
con una parte del Parlamento, por lo que tuvo que ocupar
con su tropas Londres, expulsar a sus opositores
del Parlamento y solicitar la ejecución del rey. Carlos I
fue ejecutado en 1649. Entonces, los levellers y los
diggers trataron de formar un gobierno popular, armaron
motines que fueron reprimidos por los elementos
más conservadores del ejército. Oliverio Cromwell
instauró la Commonwealth5 apoyado por el Parlamento.
Fue abolida la Cámara de los Lores y la dignidad
real y se formó un Consejo de Estado, del cual formaba
parte Cromwell. Con el paso del tiempo Cromwell
dominó el Consejo y al enfrentarse y disolver el Parlamento
mediante un golpe de Estado fraguado por el
ejército fue nombrado lord protector de la República
(1653). Cromwell instauró de facto una dictadura que
duró hasta su muerte (1658). Al reconciliarse con el
Parlamento, ya que Cromwell apoyó a la alta burguesía,
ésta le ofreció hacerlo rey, cargo que rechazó, pero
sí aceptó nombrar a su sucesor, su hijo Ricardo
Cromwell, quien mostró tanta debilidad que en menos
de ocho meses abdicó.
La Revolución Gloriosa. La segunda etapa de
este proceso inicia con el ofrecimiento y aceptación al
trono inglés que hizo el Parlamento a Carlos II, hijo del
decapitado Carlos I, quien vivía refugiado en Holanda.
Carlos II prometió para salir de la crisis política conceder
una amnistía, pagar sueldos al ejército y conceder
la libertad de conciencia religiosa. El 25 de mayo de
1660 se restauró la monarquía en Inglaterra. Carlos II
(1660-1685) practicó una política exterior desastrosa y
un acercamiento a los católicos que le creó gran desconfianza
entre su súbditos. Jacobo II (1685- 1688)su
hermano, menos hábil, se alió a Francia, el enemigo
natural de los ingleses, y persistió en apoyar al catolicismo,
lo que ocasionó que la élite política inglesa se
uniera en su contra, al nacer un hijo varón de su segunda
esposa, quien podía continuar con su política
procatólica. Por esta razón se unieron en 1688 la élite
política con la élite económica inglesa: negociantes,
banqueros, grandes y pequeños comerciantes, quienes
apoyaron la llegada al trono inglés de Guillermo de
Orange, esposo de Ana Estuardo, hija de Jacobo, pero
de religión protestante. Guillermo de Orange invadió
125
Historia Universal I Material de Apoyo
Inglaterra con catorce mil hombres lo que obligó a
Jacobo II a huir a Francia. La huida del rey fue tomada
por una abdicación por el Parlamento, que nombró,
después de diversas maniobras políticas, en 1689,
como nuevo rey a Guillermo de Orange, con el título
de Guillermo III y a su esposa como reina de
Inglaterra.Guillermo III aceptó la Declaración de Derechos
o Bill of Rights donde se ponían ciertos límites al
poder real, que prescribía lo siguiente:
· El rey no podía suspender la ejecución de
las leyes, ni dispensar de ellas;
· No podía fijar impuestos, ni mantener un
ejército sin el acuerdo del Parlamento;
· Reconocía a sus súbditos el derecho de
presentar recursos ante su persona;
· Garantizaba a los súbditos contra los abusos
de la justicia;
· Exigía la libertad de expresión en el seno
del Parlamento;
· Exigía la libertad de elecciones;
· La necesidad de convocar con frecuencia
a la reunión del Parlamento.
La Bill of Rights fue acompañada meses después
de la Ley de Tolerancia (Tolerance Act), que concedía
a los disidentes,a excepción de los católicos, el
derecho a ejercer públicos sus cultos, abrir escuelas y
tener acceso a todas las funciones públicas.
Esta última revolución conocida en la historia
como la Revolución Gloriosa 1688-89, porque no hubo
derramamiento de sangre, sólo benefició a las clases
propietarias, ya que no se aceptó el sufragio universal
y sólo un pequeño número de propietarios(alrededor
de cincuenta mil) podían elegir a los representantes
del Parlamento. Esto permitió a la ascendente clase
burguesa pactar con un compromiso más sólido con la
nobleza, en detrimento de las clases populares y a favor
de los intereses mercantiles e imperiales de Inglaterra.
6
Muchos estudiosos consideran estos procesos
revolucionarios como burgueses; otros como simples
pactos políticos entre nobles y burgueses. Pero de lo
que no cabe ninguna duda es que ambos son una
muestra del ascenso económico y político de la burguesía.
GLOSARIO
Abdicar.-
Consuetudinario.-Dícese del derecho formado
por las costumbres.
Detrimento
Jurisdicciones
Teoría del derecho divino de los reyes.-
NOTAS
1 Xavier Gil Pujol, Las claves del Absolutismo
y el parlamentarismo 1603-1705, Barcelona,
Planeta, 1991, pp.33-55.
2 Hugh Trevor-Roper et al, La época de la
expansión, México, Alianza/Labor, 1989,
(Historia de las civilizaciones, núm. 8), pp. .
323-341.
3 Hugh Trevor-Roper et al, op. cit.., pp. 341-
346.
4 Citado por Michel Beaud, Historia del capitalismo.
De 15000 a nuestros días, Barcelona,
Ariel, 1986, p. 42.
5 Se llama Commonwealth en Inglaterra al
“periodo transcurrido entre la ejecución de
Carlos I el 30 de enero de 1649 y la RESTAURACIÓN
de 8 de mayo de 1660)”. Véase
Chris Cook, Diccionario de términos históricos,
Madrid, Alianza-Ediciones Del Prado,
1990, p. 112.
6 Cfr. G.M. Treveylan, La Revolución Inglesa
1688-1689, México, Fondo de Cultura Económica,
1981, (Breviarios, núm. 43).
126
Material de Apoyo Historia Universal I
LAS COLONIAS INGLESAS EN
AMERICA DEL NORTE
Inglaterra había establecido trece colonias en la
zona oriental de la América del Norte, al sur de los Grandes
Lagos. Eran territorios poblados por ingleses, cuya
economía y administración dependían totalmente de
la metrópoli.
En el Norte vivían medio millón de colonos, en
los que se llamó Nueva Inglaterra. Conservas de pescado
y astilleros les habían proporcionado una indudable
prosperidad. En el puerto de Boston tenían sus
negocios ricos comerciantes; en las universidades de
Harvard y Yale se conocían y discutían las ideas políticas
de los filósofos franceses. En el centro del territorio
la base económica era la exportación de madera y
trigo a Europa; su puerto, Nueva York, su ciudad más
importante y culta, Filadelfia. En el Sur estaban las
colonias más prósperas y pobladas; el tabaco, el arroz
y el algodón se trabajaban por medio de esclavos negros.
EL PROCESO DE INDEPENDIZACION
La Conversión de estas colonias en una nación
independiente se debe a una combinación de intereses
e ideas. Los gastos de las guerras del siglo XVIII
entre Francia e Inglaterra obligaron a los ingleses a
imponer una serie de cargas económicas a sus colonias.
En 1765 el gobierno inglés fija un derecho de
timbre a los periódicos y a las transacciones comerciales
de las trece colonias. Los colonos protestan, alegando
que los impuestos son ilegales, porque los afectados
carecen de representación en el Parlamento de
Londres.
Un nuevo impuesto, la tasa del té, agrava la
tensión. Finalmente, la concesión del monopolio de la
venta del té, en las colonias de América, a la Compañía
inglesa de las Indias provoca una actitud de ruptura
de los comerciante de los grandes puertos de Nueva
Inglaterra con Londres. En diciembre de 1773, en
Boston, son asaltados varios navíos cargados de té y
arrojado el cargamento al mar. Es la guerra.
Ejercicios y sugerencias de aprendizaje número treintaiuno
I.- Lectura y análisis
• Leer el primer texto que se anexa: “La primera experiencia: el nacimiento de los Estados Unidos”. Resumir
los principales antecedentes coloniales de los EEUU y los acontecimientos más destacados que llevaron
a esta nación a la independencia.
• Realizar la segunda lectura que se anexa. Discute en equipo los principios de la Declaración de Independencia
de los EEUU.
II. Actividad de profundización y refuerzo del tema.
• Los alumnos investigarán los siguientes temas: La Constitución estadounidense de 1787, El expansionismo
territorial estadounidense de 1776 hasta 1830 y la Doctrina Monroe.
• El profesor explicará los cuadros sinópticos: Desarrollo de la Guerra de Independencia (1774-1781) y La
constitución de 1787 (I) y (II).
• Organizar un debate dirigido sobre la Doctrina Monroe y el expansionismo norteamericana.
III. Espacio y tiempo histórico
• Hacer un mapa de las trece colonias inglesas donde queden señalados en distintos colores las colonias
del norte, centro y sur.
• Hacer un mapa del expansionismo norteamericana de la independencia hasta 1830.
LA PRIMERA EXPERIENCIA: EL NACIMIENTO DE LOS
ESTADOS UNIDOS
Antonio Fernández et al*
Tomado de Historia de las civilizaciones y del arte de Occidente, Barcelona, Editorial Vicens-Vives,
1993, pp.
127
Historia Universal I Material de Apoyo
Pero no son sólo intereses encontrados los que
provocan la primera guerra descolonizadora de la época
contemporánea. Las ideas constituyen la otra vertiente,
y hacen de esta guerra la primera revolución
política, precursora de la Revolución Francesa de 1789.
Un comité de salvación pública se constituye en cada
colonia para preparar la resistencia. Los delegados de
las trece colonias se reúnen en Filadelfia, y el 4 de julio
de 1776 promulgan la declaración de independencia.
Thomas Jefferson es el principal redactor de la declaración.
En ella se consignan las ideas fundamentales
del liberalismo.
En George Washington encuentran los insurgentes
una figura de singular capacidad militar. El ejército
inglés se ve obligado a capitular en Saratoga
(1777). El apoyo francés a los colonos fue entusiasta.
Franklin, el famoso hombre de ciencia, es recibido en
triunfo en Francia, a donde se traslada en solicitud de
ayuda. La Fayette se enrola como voluntario. La ayuda
marítima francesa acelera el desenlace; un ejército
inglés queda aislado en Yorktonwn.
En el Tratado de Versalles (1783) Inglaterra
reconoce la independencia de los Estados Unidos de
América, Es la primera revolución liberal; había nacido
una nueva nación, que reproducía los ideales de democracia
parlamentaria de Inglaterra. Es también el
primer capitulo de la historia de la descolonización, la
primera nación soberana que surge al romper los lazos
que la unían a una nación europea.
DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DE
LOS ESTADOS UNIDOS (1776)
En el párrafo que vas a leer se recogen condensados
los principios teóricos del liberalismo.
Sostenemos como evidentes estas verdades:
que todos los hombres son creados en la igualdad, y
dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables
entre los que se encuentran la vida, la libertad y el derecho
a la felicidad. Que, para asegurar estos derechos,
los hombres crean gobiernos que derivan sus
justos poderes del consentimiento de los gobernados.
Que cualquier otra forma de gobierno que atente a estos
fines puede el pueblo alterarla o abolirla para instituir
un nuevo gobierno, que tenga su fundamento en
tales principios y organice sus poderes de tal forma
que parezca más seguro alcanzar mediante él la seguridad
y la felicidad. La prudencia, en verdad, enseña
que los gobiernos largamente establecidos no pueden
cambiarse por causas ligeras y transitorias, y de acuerdo
con esto, la experiencia ha mostrado que la humanidad
está más dispuesta a sufrir mientras los males
sean sufribles que a hacerse justicia a sí misma mediante
la abolición de las formas a las que está acostumbrada.
Pero cuando una larga serie de abusos y
usurpaciones, persiguiendo invariablemente el mismo
objetivo, hace patente un designio de reducirla bajo el
despotismo más absoluto, es su derecho, es su deber,
arrojar de sí tal gobierno y proporcionarse nuevas leyes
para su seguridad futura. Tal ha sido el sufrimiento
paciente de estas colonias; y tal es ahora la necesidad
que la obliga a alterar sus antiguos sistemas de gobierno.
1. Principio básico. Soberanía nacional, origen
del poder en el pueblo: <justos poderes del consentimiento de los gobernados>>.
Los pueblos crean los gobiernos y éstos tienen
poder sólo en cuanto se apoyan en la aceptación de
los gobernados. Es la doctrina del pacto, descrita ampliamente
medio siglo antes por Locke.
2. Libertad. Aunque no muy explícito el concepto
en este documento, parece desprenderse una concepción
individualista: ausencia de trabas para el desarrollo
del individuo. La libertad se proyectará en el
orden político (en oposición a la tiranía), civil (garantías
del ciudadano, que sólo puede ser juzgado por jueces
independientes), económico (supresión de cualquier
intervención de los poderes públicos), laboral (posibilidad
de elegir o abandonar un trabajo). Esta concepción
de la libertad, que refuerza la influencia de los
más fuertes y acusa la indefensión de los desvalidos,
será criticada por pensadores posteriores.
3. Igualdad. Se proclama públicamente como
un derecho del hombre. No sólo no se aplicó en el terreno
económico sino ni siquiera en el político, con la
restricción del derecho de voto, cuya conquista para la
generalidad de los ciudadanos exigió una larga lucha.
4. Independencia. La rebelión contra el tirano,
o el derecho de rebelión, se transfiere al campo internacional;
un pueblo tiene el mismo derecho que cualquier
individuo a ser libre. En esta afirmación se justifica
el levantamiento armado contra las autoridades
británicas.
La insistencia en la felicidad responde a
una idea constante de la filosofía y los poderes públicos
del siglo XVIII.
El autor principal de este texto, y su redactor
final, es uno de los padres de la independencia:
Thomas Jefferson. En esta ocasión lo hemos comentado,
para que reflexiones sobre las ideas que contiene,
pero deseamos que completes el comentario describiendo
los siguientes conceptos:
Derechos inalienables: Seguridad;
Usurpaciones; Despotismo; Colonias; Antiguos sistemas
de gobierno.
128
Material de Apoyo Historia Universal I
Aprendizajes
El alumno explicará los aportes de la Ilustración y de las Revoluciones burguesas en su momento
y en el mundo actual.
Contenidos temáticos
Las revolución liberal-burguesa en Francia. El imperio napoleónico.
Ejercicios y sugerencias de aprendizaje número treintaidos
I.- Lectura y análisis
• Seleccionar los aspectos principales de los textos: “El modelo de revolución política: la Revolución
francesa” y “Napoleón Bonaparte y el Imperio”.
• Subrayar de rojo los hechos políticos, de azul los económicos y de verde los sociales.
II. Actividad de profundización y refuerzo del tema.
• Realizar las investigaciones que se indican en el siguiente punto.
• Resuelver los ejercicios Imágenes Revolucionarias y Napoleongrama.
III.- Espacio y tiempo históricos
• Las tres cronologías que a continuación se presentan tienen el propósito de enmarcar los cambios
generados por la Revolución francesa, a fin de que el estudiante obtenga una visión global de su acelerado
proceso y de las implicaciones internas y externas que ocasionó. (Cada cronología puede utilizarse como
antecedente al estudio del tema o como síntesis del mismo. considerando el tiempo didáctico disponible,
convendría seleccionar y trabajar sólo una de ellas).
Ejercicios para la Cronología I
• Investigar en cualquier libro de texto (Juan Brom, Esbozo de Historia Universal; José Gómez Navarro,.
Historia del Mundo Moderno y Contemporáneo; Gloria Delgado de Cantú, El Mundo Moderno y Contemporáneo)
o en otras fuentes:
a) Los siguientes acontecimientos marcados con asterisco en la cronología: Reunión de los Estados
Generales, Toma de la Bastilla, Huida del rey y Guerra.
b) Las características de: La abolición de privilegios, la Constitución de 1790, Declaración de los Derechos
del Hombre y la Constitución Civil del Clero.
c) Rasgos biográficos de los siguientes personajes: Luis XVI, Lafayette, Necker y Rouget de l’Isle.
Ejercicios para la Cronología II
Investigar sobre:
a) Las siguientes formas de gobierno: República, Convención y Directorio.
b) Rasgos biográficos de los siguientes personajes: Robespierre, Danton y Babeuf
c) Características de los siguientes clubs políticos :jacobinos y girondinos.
d) Responder a las siguientes preguntas:
e) ¿Qué cambios fundamentales plantearon los jacobinos?
f) ¿En qué consistió el terror rojo aplicado por los jacobinos y el terror blanco llevado a cabo por los
girondinos?.
Ejercicios para la Cronología III
• Investigar sobre los siguientes acontecimientos: El golpe de Estado del 18 brumario, Invasión de
Napoleón a España, Expedición del ejército napoleónico a Haití, Invasión de Napoleón a Rusia y la derrota
de Waterloo.
• Responder a las siguientes preguntas:
a) ¿Qué diferencias puedes marcar entre la 1a etapa de la Revolución y el período napoleónico?
b) ¿De qué manera se relaciona la independencia de Haití, primer país independiente de
Latinoamérica con la Revolución Francesa?
c) ¿Qué repercusiones tuvo en las colonias hispanoamericanas la invasión de Napoleón a España?
• Señalar en un mapa de Europa la expansión del Imperio Napoleónico.
• Hacer un listado de las influencias del proceso revolucionario francés, presentes en nuestra vida
política y ciudadana.
129
Historia Universal I Material de Apoyo
El curso pasado has estudiado con cierto detalle la
revolución que estalla en Francia en el año 1789. Hay
una serie de hechos que debes recordar: el comienzo
de la revolución (convocatoria de los Estados
Generales, Asamblea Constituyente, toma de la
Bastilla), sus hitos ideológicos (Declaración de los
Derechos del Hombre, Constitución de 1791), sus
partidos políticos (girondinos, jacobinos, etc.)sus figuras
clave (Mirabeau, Danton, Robespierre), sus momentos
culminantes (la guerra contra los reyes absolutos, la
condena a muerte del rey, el Terror)...
En este curso, en el que debes estudiar la historia
de las civilizaciones, no nos corresponde ni repetir
ni ampliar lo estudiado entonces. Nos interesa analizar
la revolución de 1789 como un modelo de revolución
¿Qué quiere decir esto? A lo largo de la historia
hay muchas revoluciones. En todas se repiten una serie
de elementos y fases. En el modelo prescindimos
de los datos que se refieren a una sola revolución, y
tratamos de resaltar aquellos elementos que, de alguna
forma, encontramos en todas las revoluciones. Por
ejemplo, la toma de la Bastilla o la muerte de Luis XVI
sólo ocurren una vez, en la revolución que comienza
en 1789: en cambio la actitud de los grupos sociales o
las diferentes fases del proceso revolucionario, con diversas
variantes, se repiten en otras revoluciones.
Para que percibas con claridad estos elementos
comunes observaremos tres aspectos del proceso
revolucionario:
— Las circunstancias en que surge.
— Las fases en que se desarrolla.
— Las consecuencias que de él se derivan.
LAS CIRCUNSTANCIAS EN QUE SURGE
La revolución surge como explosión de una crisis
doble: crisis de la sociedad y crisis de las instituciones.
Crisis de la sociedad. La sociedad francesa
seguía siendo aristocrática. Dos estamentos -la nobleza
y el clero- disfrutaban de todos los privilegios. Poseían
la riqueza y el poder. El Tercer Estado, en el que
se integraban burguesía y campesinos, abarcaba a la
inmensa mayoría de la nación.
a) La nobleza era dueña de la quinta parte de
las tierras del reino. Percibía de los campesinos una
serie de tasas. Unos 4.000 nobles vivían en Versalles,
en torno al rey. Llevaban una vida lujosa gracias a los
altos sueldos oficiales, las recompensas reales y las
rentas de los impuestos.
Pero una parte de la nobleza estaba arruinada,
sus gastos eran mayores que sus ingresos, pues
para mantener su rango habían de rodearse de numerosa
servidumbre y organizaban fiestas y partidas de
caza, que exigían cada vez más dinero. Algunos nobles
se vieron obligados a casarse con ricas campesinas.
En la Corte los nobles no podían sostener su alto
nivel de vida; en los campos eran odiados por los agricultores,
a los que extorsionaban con altos tributos; en
todas partes iban perdiendo sus funciones de administración
de justicia y de cargos políticos, en los que les
sustituían los abogados salidos de las Universidades.
b) El clero, unas 120.000 personas, no constituía
una clase homogénea. El alto clero -obispos, abades,
canónigos - procedía casi exclusivamente de la
nobleza. La mayor parte residía en la Corte y no se
ocupaba de sus funciones. El bajo clero -curas y vicarios-,
de origen campesino, percibía ingresos escasos.
El diezmo (décima parte de las cosechas, que la Iglesia
revendía), las rentas de las tierras y los alquileres
de los inmuebles de las ciudades, beneficiaban casi
exclusivamente a los obispos y abades de los monasterios.
Los pensadores de la época critican los privilegios
de la Iglesia; el alto clero se siente cada vez más
fuertemente vinculado a la aristocracia y más alejado
del pueblo.
c) El Tercer Estado lo constituyen las clases
populares de las ciudades y campos.
- La burguesía constituye el sector preponderante,
dirige la Revolución en su propio beneficio. Dentro
de ella se distinguen grupos muy diversos. Por una
parte, la burguesía que vive del comercio y los negocios,
especialmente floreciente en puertos como
Burdeos, Nantes o La Rochelle, y, por otra, las profesiones
liberales (abogados, médicos, profesores, etc.)
que acceden a los cargos no reservados a los nobles,
y que tienen un papel social cada vez más importante.
En una escala más baja, los artesanos, que ejercen
oficios manuales y dependen de su trabajo, tienen dificultades
ante la competencia de la naciente industria.
En las ciudades viven además masas asalariadas: son
los obreros de las manufacturas, y los oficiales y aprendices
de los pequeños talleres, que no podían dejar a
su patrono sino tras una serie de difíciles requisitos
(despedido por escrito). Las subidas de precios del siglo
XVIII agravaron la situación de estas clases populares
urbanas; los precios se elevaban más de prisa
EL MODELO DE REVOLUCION POLITICA: LA
REVOLUCION FRANCESA.
A. Fernández et al*
130
Material de Apoyo Historia Universal I
que los salarios. La subida del pan, en el que una familia
de jornaleros invertía la mitad de lo que ganaba,
podía provocar revueltas populares. Precisamente los
años 1788-1789 son los de máxima carestía del pan.
El año 1788 fue el de peor cosecha de todo el siglo. Ya
en el invierno, extraordinariamente duro aparece la
escasez, y ligados a ella el paro y la mendicidad; los
desocupados hambrientos constituyen el elemento más
activo de las masas revolucionarias.
- Los campesinos forman el estamento más
numeroso; 20 de los 25 millones de franceses viven
del trabajo en el campo. Durante cierto tiempo se despreció
su papel y se interpretó la revolución de 1789
básicamente como un movimiento de la burguesía y
los asalariados de las ciudades. Hoy sabemos que si
los campesinos hubieran permanecido pasivos la Revolución
Francesa no hubiera tenido éxito.
Algunos poseían pequeñas propiedades, otros
eran simplemente braceros sin propiedad. También les
diferenciaba su situación legal: unos eran libres, otros
siervos. Estos no podían abandonar su trabajo y sobre
ellos pesaba la “mano muerta”: los hijos no podía heredar
los bienes de sus padres salvo que pagasen al
señor derechos elevados. Los llamados derechos feudales
oprimían a los campesinos. Para la administración
de la justicia estaban sometidos a los señores,
hacia los que tenían todo tipo de obligaciones, desde
entregarles parte de la cosecha hasta hacer una serie
de trabajos sin cobrar. Todos los campesinos estaban
de acuerdo en reclamar la abolición de los derechos
feudales, pero los propietarios miraban con recelos las
peticiones de reparto de tierras de los braceros.
Por esta razón los campesinos se unirán a la
revolución, para abolir los privilegios de los señores y
para suprimir el diezmo y otras cargas económicas, pero
una parte de ellos teme el reparto de tierras.
En resumen, todos los grupos sociales tienen
motivos de queja. Los nobles se encuentran con dificultades
económicas, el alto clero con ataques de los
escritos y la resistencia popular a pagarles el diezmo,
el bajo clero con ingresos escasos, los burgueses desean
una mayor participación en el poder, las clases
populares de las ciudades sufren el agobio de la subida
del pan, los campesinos desean la extinción de los
privilegios feudales. Es una sociedad en conmoción.
Crisis de las instituciones. En teoría el monarca
francés, Luis XVI, era un rey absoluto, que gobernaba
sin ninguna limitación. Pero ya has estudiado
que la filosofía de la Ilustración niega que el poder real
proceda de Dios y afirma que el verdadero soberano
es el pueblo, y el rey sólo un administrador.
Nobles y clero no pagaban impuestos. El Estado
francés tenía un déficit crónico, es decir, sus gastos
eran superiores a sus ingresos, y esta situación se
agravó con la intervención en la guerra de independencia
de los Estados Unidos y con los gastos crecientes
de la corte, que llegaron a ascender a la cuarta
parte del déficit. Era imprescindible crear nuevos impuestos,
pero para ello había que convocar los Estados
Generales (equivalentes a lo que en Inglaterra se
llama Parlamento), a lo que el rey se resistía, temeroso
de las presiones de la nobleza y del clero.
Por otra parte, el rey había vendido muchos
de los cargos de justicia y no podía destituir a un magistrado
sin devolverle su dinero. De esta manera los
magistrados que administraban justicia se hicieron independientes
del rey. No era de extrañar, pues, por la
forma de acceder a la magistratura, que una sentencia
dependiera del soborno; el dinero podía inclinar la balanza
de la justicia.
Existía, por tanto, una contradicción entre la
teórica monarquía todopoderosa y su impotencia real.
La realeza sola. Nobleza y clero se desentendían de
sus apuros económicos. El sistema de impuestos era
inservible para las necesidades de Francia, la justicia
venal, la administración un caos. Las instituciones habían
envejecido.
LAS FASES DE LA REVOLUCION
Pueden distinguirse, en general, seis etapas en
un proceso revolucionario. Todas ellas se cumplen en
la revolución política francesa de 1789:
- Difusión de las ideas revolucionarias.
- Rebelión de los privilegiados.
- La revolución en manos de los moderados.
- La revolución en manos de los exaltados.
- La reacción contra los exaltados.
- Plasmación de una dictadura o poder personal.
Difusión de las ideas revolucionarias. La revolución
comienza en las mentes, ya que sin ideas no
hay revolución. Es imprescindible la aparición de personas
que sustenten doctrinas que socaven los fundamentos
del régimen existente.
En el siglo XVIII son los filósofos de la Ilustración,
y especialmente Rousseau, con su doctrina de la
sociedad política como un contrato, de la soberanía
nacional (según la cual el verdadero soberano es el
pueblo) y de la igualdad de todos los hombres, que
contribuyen a derribar el edificio político del Antiguo
Régimen. Rousseau es el verdadero padre intelectual
de la revolución. Algunos monarcas europeos, conscientes
del peligro, prohibieron en sus reinos los libros
del filósofo francés.
Rebelión de los privilegiados. La rebelión de
la aristocracia precede a la revolución y contribuye a
conmover los cimientos de la monarquía. Puede
parecerte extraño que sean los sectores privilegiados
los que inicien el enfrentamiento revolucionario, pero
debes recordar que la nobleza y el alto clero también
tenían problemas y, en consecuencia, motivos de des131
Historia Universal I Material de Apoyo
contento. Los nobles se oponen a todo intento de reforma
fiscal que les obligue a pagar impuestos; hacen
fracasar los proyectos sucesivos de los ministros
Calonne y Brienne.
La deuda del Estado en 1789 llegaba a cinco
mil millones de libras (en Francia sólo circulaba dinero
por valor de dos mil millones), cantidad exorbitante.
Calonne consideró urgente eliminar los privilegios económicos
de la nobleza. La Asamblea de Notables (1787-
1788), formada por nobles y jerarcas de la Iglesia designados
por el Rey, se opuso a toda reforma que les
perjudicase y solicitó la convocatoria de los Estados
Generales, en los que participaba la burguesía. La posición
cerrada de los privilegiados inició, de forma
involuntaria, el camino de la revolución.
La revolución en manos de los moderados.
Antes de la reunión de los Estados Generales, en los
que intervienen representantes de la nobleza, el clero
y el Tercer Estado, se invita al pueblo a que elabore los
cahiers de doléances (listas de quejas). Por ellos se
puede ver que la burguesía pretendía una transformación
del Estado francés que los privilegiados estaban
muy lejos de desear. Se conservan varios centenares
de estos “cuadernos”. En ellos se ve cómo la nobleza y
el clero se aferran a sus privilegios, la burguesía critica
a la monarquía absoluta, obreros y braceros del campo
apoyan las críticas de la burguesía, los campesinos
propietarios protestan por los impuestos. A los Estados
Generales, divididos por el choque de los dos
estamentos privilegiados con la burguesía, les sucede
un organismo ya plenamente revolucionario, la Asamblea
Nacional. cuyas funciones serán sucesivamente
constituyentes (Asamblea Constituyente) y legislativas
(Asamblea Legislativa).
Hasta 1791 la revolución está primero en manos
de los constitucionales, partido inclinado a una
monarquía controlada por una Constitución o ley fundamental;
sus figuras destacadas son Mirabeau y La
Fayette. Después controlan el proceso los girondinos,
republicanos moderados partidarios del respeto a la
ley; su jefe es Brissot. La Constitución girondina (1791)
niega derechos políticos a los ciudadanos que no poseen
un determinado nivel de riqueza o de cultura.
La revolución en manos de los exaltados. Es
la fase aguda de la revolución. Las medidas son cada
vez más radicales. Los jacobinos, con Robespierre a
la cabeza, y los demagogos, cuya figura más destacada
es Marat, utilizan el terror como instrumento para
eliminar a todos los enemigos de la revolución (Tribunal
Criminal Extraordinario, Comité de Salud Pública,
Ley de Sospechosos) Robespierre consigue la condena
a muerte de Luis XVI y María Antonieta, y después
la de muchos de sus compañeros, más moderados
(Danton) o más revolucionarios (Hebert). El dios de los
girondinos había sido el respeto por la ley; los jacobinos
La toma del poder. Después de la ejecución
de Robespierre, la Constitución republicana que habían
aprobado los montañeses fue sustituida por un
nuevo texto constitucional que establecía el gobierno
de un Directorio compuesto por cinco miembros. Los
esfuerzos revolucionarios por mejorar el ejército dieron
buen resultado y los franceses no sólo repelieron
todas las invasiones, sino que ocuparon parte del territorio
de sus enemigos. La agitación popular urbana fue
reprimida violentamente por el ejército.
Ante la debilidad del poder civil, la situación
terminó siendo controlada por el más brillante y ambicioso
de los generales: Napoleón Bonaparte, que
participó en el golpe de Estado del 18 de brumario del
año VIII -9 de noviembre de 1799- que acabó con el
Directorio e inauguró una nueva etapa: el Consulado.
Napoleón, primer cónsul (1799-1804).
Napoleón fue nombrado primer cónsul, es decir, jefe
de Gobierno, durante tres años. Desde este puesto trató
de pacificar la sociedad francesa y establecer un nuevo
orden. Se esforzó por reconciliar a las fuerzas enfrentadas
desde hacía diez años: autorizó a los emigrados
a volver a Francia y amnistió a los sublevados
del noroeste. En su gobierno contó con hombres tanto
del Antiguo Régimen como de la Revolución.
La obra política de Napoleón fue muy importante.
Primero puso fin al enfrentamieno religioso mediante
la firma de un Concordato con el Papa. Al mismo
tiempo reformó la administración, en sentido centralista,
y reorganizó las finanzas públicas al fundar el
Banco de Francia y crear una nueva moneda, el franco
germinal. Se ocupó de la educación con la creación
de los Liceos. Por último, promulgó el Código Civil, en
cuya redacción intervino personalmente. Todas estas
reformas supusieron un gran paso en la creación del
moderno Estado francés.
Napoleón, emperador (1804-1815). Napoleón
no se consideró satisfecho con ser nombrado cónsul
vitalicio de la República sino que, en 1804, se proclamó
emperador. La República no fue formalmente abolida,
pero el Imperio era de hecho un sistema de poder
absolutamente personal. Napoleón legisló y gobernó
por decreto. Las libertades fueron ahogadas y la opidefienden
el lema: perezca la ley si la revolución ha de
triunfar.
La reacción contra los exaltados. Se llama reacción
thermidoriana (surge en el mes de thermidor,
del calendario revolucionario) al golpe de fuerza que,
en el verano de 1794, desplaza a los jacobinos y lleva
a la guillotina a Robespierre. Surge un Directorio de
cinco miembros, cuyo cometido es mantener la Revolución
dentro de cauces de moderación.
Plasmación de un poder personal. Una figura,
en la que se concentran todos los poderes, defiende
ciertos principios de la revolución y suprime los más
132
Material de Apoyo Historia Universal I
nión vigilada. No obstante, la mayoría de los franceses
aceptaron un sistema que aportaba progreso económico
y gloria militar.
Dos de las aportaciones más importantes del
Imperio fueron la creación de la Universidad imperial y
la redacción de un Código Penal, igual para todos los
franceses.
Napoleón y Europa. La lucha por la hegemonía
en Europa entre la Francia revolucionaria, por una
parte, e Inglaterra y las potencias absolutistas europeas,
por otra, se hizo más intensa con la creación del
Imperio. El control de los mares quedó en poder de
Inglaterra tras derrotar a las flotas francesa y española
en Trafalgar (1805). Después de la derrota naval,
Napoleón no pudo invadir Inglaterra, como quería, pero
trató de hundir económicamente a los ingleses mediante
el bloqueo continental, que prohibía comerciar con
Inglaterra. Esta medida no tuvo ningún éxito.
En tierra, Napoleón consiguió imponerse a todas
las potencias continentales. Amplió el territorio de
Francia, cambió las fronteras de los Estados, depuso
reyes y creó nuevos monarcas sacados de los miembros
de su familia y sus generales. En 1811, el imperio
francés había alcanzado su máxima extensión. Pero,
por su misma magnitud, el imperio era una estructura
En todos los países Napoleón encontró minorías dispuestas
a colaborar con él, considerándole un instrumento
para barrer las instituciones del Antiguo Régimen.
Pero las resistencias nacionalistas fueron muy
fuertes, especialmente en España y Alemania; incluso
los mismos reyes instaurados por Napoleón se negaron
a ser meros instrumentos en sus manos. El comienzo
del fin fue el fracaso de la campaña de Rusia
iniciada en 1812. En 1814, Napoleón fue obligado a
abdicar y exiliarse en la isla de Elba. Volvió a Francia al
año siguiente, pero fue derrotado definitivamente en
Waterloo, en junio de 1815. Napoleón murió en 1821
en la isla de Santa Elena, adonde había sido desterrado.
GLOSARIO
Montañeses.- Miembros de un grupo
político (“La Montaña”) que luchaba por cambios
sociales profundos.
133
Historia Universal I Material de Apoyo
Durante los siglos XVII y XVIII, los europeos
vivían más que todo en zonas rurales. En Europa
occidental aproximadamente un 80% de la gente
vivía aún en el campo; en Europa oriental,
donde había menos urbanización, el porcentaje
era mayor. En las aldeas, la vida se centraba en
las aldeas tradicionales.
La vida de los campesinos se orientaba hacia la
comunidad: los miembros de las aldeas se conocían
entre sí, los extraños estaban por fuera y la autoridad
efectiva radicaba en la local. Las presiones de la comunidad
limitaron lo que hoy llamaríamos los derechos
de disidencia o privacidad.
Este patrón de vida se fue alterando lentamente.
La aldea tradicional comenzó a experimentar
la llegada de intrusos, cambios en el patrón de vida de
antiguo establecido, y la migración hacia las ciudades
en desarrollo. El aislamiento político de las aldeas se
interrumpía por el aumento de funcionarios de los crecientes
gobiernos centrales, por la ausencia de la nobleza
local (atraída por las cortes y por las ciudades
capitales), y por la decadencia de las instituciones políticas
comunales. Además, la vida económica se vio
sometida a cambios por la revolución agrícola y por la
extensión de la industria casera, ambas facilitadas por
las mejoras en los medios de transporte.
La revolución agrícola. A comienzos del
siglo XVII en Europa, la siembra y la cría de animales
eran bastante parecidas a las de la Edad Media. Se
roturaron campos agrícolas y se dividieron en parcelas.
La cosecha se rotaba y la tierra se podía dejar en
barbecho una vez cada dos o tres años para conservar
su fertilidad. Se separaban zonas de tierra agrícola,
los «ejidos”, que eran áreas abiertas en las cuales
los aldeanos pastaban sus animales y recolectaban
comida y heno. Las decisiones sobre el uso de las tierras,
las cosechas y los animales eran determinadas
por la tradición y práctica de la comunidad.
Durante los siglos XVII y XVIII, los cambios en la
producción agrícola que empezaron en Holanda se
extendieron a Inglaterra y luego a otras áreas de Europa
occidental. Estos cambios fueron tan importantes
que se les ha conocido como una revolución agrícola.
Se introdujo la siembra de papa, nabo y trébol. Se
desarrollaron nuevos métodos para la rotación de cultivos
como por ejemplo de cereales a tubérculos (papas
y nabo), y a heno (pastos para forraje de los animales).
La fertilización de las tierras aumentó con el
uso del estiércol de animal. Estos cambios permitieron
a los campesinos eliminar las tierras no cultivables.
Aprendizajes
El alumno Identificará los cambios económicos y sociales que produjo el sistema fabril.
Contenidos temáticos
La revolución industrial: el sistema fabril, primeras reprcusiones sociales y surgimiento del movi
miento obrero.
Ejercicios y sugerencias de aprendizaje número treintaitres
Lectura y análisis.
1. Leer cuidadosamente los dos textos que se han seleccionado para abordar el tema: “La vida rural” y “Desarrollo
de la agricultura”.
2. Mientras se realiza la lectura, tratar de comprender qué características tenían la agricultura y la ganadería
inglesas antes de la revolución agrícola y cómo este fenómeno cambió dichas actividades.
3. Así mismo, tomar en cuenta qué alteraciones produjo la revolución agrícola en lo referente a las clases
sociales.
II. Actividades de profundización y refuerzo del tema.
1. Empleando datos obtenidos mediante la lectura de los dos textos, elabora un mapa conceptual escribiendo
la información pertinente.
LA VIDA RURAL
John B. Harrison y otros*
Tomado de Estudio de las civilizaciones occidentales, México McGraw Hill, 1996, volumen II, pp. 45-47.
134
Material de Apoyo Historia Universal I
Además, los innovadores holandeses desarrollaron
métodos de drenaje para las tierras húmedas de forma
que fácilmente pudieran adaptarse los nuevos cultivos.
También se experimentó con la crianza para mejorar
las razas productivas de ganado.
A comienzos del siglo XVIII, los nuevos cultivos
y los nuevos métodos llegaron a Inglaterra. Charles
«Turnip» (nabo) Townsend experimentó la rotación de
cultivos con el nabo y el trébol. Su contemporáneo y
compatriota, Jethro Tull, introdujo el uso de la sembradora
mecánica para la siembra de semilla en surcos
por hileras, lo que hizo de la plantación algo más eficiente
y productivo. Otro inglés, Robert Bakewell, mejoró
los tipos de ovejas y ganado mediante la crianza
selectiva.
Estos cambios solían estar acompañados por el
cercamiento de los campos abiertos y comunes, particularmente
en Inglaterra. La consolidación y cerramiento
de franjas aisladas de tierras y granjas permitió que
sus dueños tuvieran libertad para aplicar los nuevos
métodos y estimuló a los terratenientes para que utilizaran
los nuevos métodos agrícolas. Los cerramientos
se habían utilizado en la Gran Bretaña desde el siglo
XVI, pero las ganancias que podían esperar obtener
en la agricultura comercial empleando nuevos cultivos
y métodos estimularon a numerosos terratenientes a
buscar el cerramiento durante el siglo XVIII.
Después de 1751 el Parlamento autorizó
una ola de empalizadas que transformó el campo de la
Gran Bretaña. Aunque esto benefició a la revolución
agrícola, dejó en la pobreza a muchos campesinos,
pues les impidió subsistir como pequeños granjeros.
Muchos de ellos se vieron forzados a entrar en las filas
de trabajadores rurales y urbanos.
Industria Casera. Durante los siglos XVII
y XVIII, este sistema se expandió por distintas áreas
rurales. Consistía en que el mercader capitalista proveía
materia prima (usualmente para la industria textil
como la lana y el lino) y maquinaria (como telares manuales
o ruecas) a los campesinos . Estos trabajaban
en sus cabañas y convertían la materia prima en productos
terminados, por ejemplo: con sus telares convertían
la lana en paño. El mercader volvía periódicamente
y pagaba al campesino por su trabajo y luego
vendía en los mercados distantes. El pago para los
campesinos era bajo, inferior al precio que se ofrecía
en la ciudad; sin embargo, era suficiente para que el
campesino lograra subsistir. El crecimiento de este sistema
durante el siglo XVIII, particularmente en Gran
Bretaña y algunas partes de Francia y Alemania, es
una explicación válida para entender por qué mucha
gente se quedó en las zonas rurales.
GLOSARIO
Derechos de disidencia.- Se refiere al
derecho a no estar de acuerdo, a disentir.
Dejar en barbecho.- Dejar la tierra en
reposo.
*
135
Historia Universal I Material de Apoyo
Transformaciones técnicas. Los avances técnicos,
realmente espectaculares, supusieron el otro factor
primordial que debe tenerse en cuenta.
El sistema de Norfolk. Representa un conjunto
de innovaciones centradas en la región de Norfolk,
impulsadas por Lord Towshend. Se comenzaron a
drenar los suelos, preparándolos después con margas
y abonos. Se llevaron a cabo las primeras experiencias
de alternancia de cultivos, con el fin de evitar el
agotamiento de los suelos, sin emplear el barbecho.
Inician los cultivos de prados artificiales que pudieran
facilitar la alimentación del ganado durante el invierno
logrando entre 1730 - 1760, que el valor de las tierras
de Norfolk se duplicara y la nobleza inglesa se interesara
por el desarrollo de la agricultura.
Perfeccionamiento de los medios de producción.
Se introducen nuevos tipos de arados y herramientas
de hierro (más tarde aparecerá el arado de
acero), se perfeccionan e inventan nuevas trilladoras,
se desarrollan nuevos métodos de drenaje. Por sistemas
empíricos se mejoró la calidad del ganado vacuno,
caballar y lanar.
Iniciativas científicas. Todos los empeños en
mejorar la agricultura fueron dejando una importante
secuela de iniciativas científicas y culturales en las relaciones
de los propietarios rurales: aparecen revistas
como Revista de los agricultores y el Periódico de los
agricultores.
Sin embargo, la gran masa de trabajadores
agrícolas fue perdiendo la seguridad de antaño. Los
progresos de la trilla mecánica redujeron los niveles de
empleo en los meses de invierno. El obrero agrícola
comienza a soportar la difícil experiencia del desempleo
técnico.
Desarrollo de los transportes. En el transporte
y las comunicaciones, Inglaterra se hallaba en el siglo
XVIII rezagada con respecto a ciertos países europeos.
Durante las primeras décadas del siglo XVIII
se da una verdadera «fiebre de canales», debida fundamentalmente
a la iniciativa privada. Como consecuencia,
se redujo el costo de transporte, con lo cual
se estimularon todas las fórmulas de actividad económica.
En 1761 quedaría inaugurado el primer canal
(el Canal de Worsley), inspirado en las realizaciones
francesas en cuanto a vías de comunicación fluvial se
refiere. La construcción de puentes, canales, túneles o
carreteras se entendió pronto como una tarea apre-
El desarrollo agrícola es una de las condiciones
necesarias de la industrialización. Sin una verdadera
«revolución agrícola», no hubiese existido
revolución industrial en Inglaterra.
Durante el siglo XVIII la agricultura inglesa experimentó
un aumento en la productividad. Este obliga
a reducir la «cantidad» de mano de obra relacionada
con la explotación agrícola. Miles de hombres y mujeres,
que hasta entonces reducían su actividad laboral
exclusivamente al campo se verán obligados a emigrar
a las ciudades y ponerse a disposición de la demanda
de mano de obra que necesitan las concentraciones
industriales.
Otra de las grandes transformaciones agrícolas
y el despegue industrial será la demanda de útiles y
herramientas para la explotación de la tierra, que desarrollará
la producción industrial metalúrgica (arados
de hierro, trilladoras mecánicas. etcétera). Al mismo
tiempo, el aumento de productividad agropecuaria en
el mundo rural estimulará la industria textil.
No podría existir desarrollo industrial a partir
de una economía artesanal sin desarrollo previo o coincidente
de la agricultura.
La revolución agrícola inglesa del siglo XVIII
se manifestó a la vez en transformaciones
institucionales y técnicas:
El cercado. El campo inglés, hasta principios
del siglo XVIII mantenía grandes extensiones considerables
ineficazmente trabajadas pertenecientes a pequeños
propietarios (yeomen), cuyos cultivos estaban
condicionados por la parcelación irregular de sus explotaciones.
Durante el siglo XVIII estos pequeños propietarios
fueron eliminados poco a poco bajo el peso de la
ley sobre el cercado de las fincas, según la cual se
ordenaba «el cercado de los campos, prados y pastos
abiertos y comunes y de las tierras libres y comunales
de la parroquia…». Las actas «de cercamiento» promulgadas
desde el Parlamento fueron llamadas
enclousures acts.
La consecuencia de esta política de ordenación
y reorganización de las explotaciones fue el inmediato
abandono y cesión de derechos de los pequeños
propietarios, incapaces de costear los gastos
de cercado.
La concentración de la propiedad rural en base
a las leyes de cercados y los nuevos criterios de reorganización
de explotaciones agropecuarias amplias
fueron un factor determinante del aumento de la productividad.
*
DESARROLLO DE LA AGRICULTURA
José Gómez Navarro et al*
Tomado de : Historia del mundo contemporáneo, México, Alhambra Mexicana, 1996, pp. 88-91.
136
Material de Apoyo Historia Universal I
miante, que, en pleno «despegue» industrial, facilitará
el traslado de la población y de los intercambios. A
mediados del siglo XVIII estaban en servicio 2500 kilómetros
de canales.
El sistema de carreteras de peaje activó la iniciativa
privada; su construcción se vería favorecida por
el amplio movimiento de redistribución de tierras prevista
por la ley de cercados.
Desarrollo demográfico. A pesar de la inexistencia
de un censo general al cabo del siglo XVIII, hoy
por hoy es relativamente fácil detectar las distintas
fases de la evolución de la población inglesa durante
esa etapa. Para facilitar su estudio ofreceremos, de
entrada un esquema general:
1700-1740 Fase de estancamiento, en la cual
se producen con relativa frecuencia etapas cortas de
reducción de la población.
1750 Se inicia el despliegue demográfico.
1771-1830.Se duplica la población en Inglaterra
y País de Gales. La presión demográfica como factor
de desarrollo sólo representaba una variable dependiente
de factores externos. Sin embargo, con la revolución
industrial se convertirá en una nueva fuerza
motriz incorporada a la evolución de las estructuras de
la sociedad. A partir del momento en que las transformaciones
técnicas permiten aumentar el volumen de
la producción, el crecimiento demográfico irá creando
nuevas necesidades y, en consecuencia, nuevas salidas
para los productores. El crecimiento de la población
se convierte así en un factor esencial del progreso.
Sin presión demográfica, deja de existir un factor
esencial del crecimiento de la demanda y, por ello, el
desarrollo industrial puede resultar paralizado o frenado.
La oferta de mano de obra está en función de la
población
GLOSARIO
Margas.- Combinación de arcillas y carbonatos.
*
137
Historia Universal I Material de Apoyo
La revolución agrícola contribuyó a la aparición
de la revolución industrial al incrementar la
productividad y, al mismo tiempo, liberar parte
de la fuerza de trabajo agrícola para que realizara
otro tipo de trabajo. Por su parte, la industria
también requería materias primas, mercados y
capital para financiar la construcción y el
equipamiento de las fábricas. Por lo tanto la
prosperidad del comercio también ayudó al
crecimiento industrial.
Los primeros grandes cambios se dieron en la
manufactura textil, en la cual la fabricación del hilado y
del tejido se había organizado desde hacía ya mucho
tiempo bajo un sistema doméstico, de tal manera que
los hilanderos y los tejedores trabajaban en el hogar
con ruecas y telares. A menudo no compraban su materia
prima ni tampoco vendían sus productos
terminados, sino que se desempeñaban como
trabajadores asalariados para alguien que les
proporcionaba la materia prima y se encargaba de la
venta del producto. Sin embargo, en otras industrias la
producción estaba organizada, en ocasiones, en
fábricas sencillas que agrupaban a muchos
trabajadores en grandes talleres. Dichas fábricas eran
muy comunes, sobre todo en aquellas empresas que
requerían una estrecha supervisión por razones de
Estado, como las fundidoras de cañones, o bien porque
en ellas se utilizaban materiales caros, por ejemplo los
hilos de oro o de plata en la fabricación de ropas de
lujo.
La revolución industrial convirtió al sistema
doméstico en algo obsoleto y transformó los primeros
sistemas fabriles. Las máquinas reemplazaron a la
rueca de hilar, el telar de mano y otros instrumentos
manuales, y el agua o el vapor sustituyeron la fuerza
humana y animal como principal fuente de energía.
Dado que las máquinas accionadas a base de energía
a menudo eran complicadas y pesadas, se hizo
necesario construir fábricas más grandes para alojarlas.
La extracción minera del carbón se convertiría
entonces en un gran negocio en gran medida debido a
la creciente demanda de coque por parte de las
fundidoras de hierro, que antes utilizaban carbón vegetal
para convertir el mineral en hierro. El carbón común
no podía reemplazar al coque como combustible de
fundición pues los químicos del carbón volvían
demasiado quebradizo al hierro. La familia Darby, de
Shropshire, descubrió la manera de eliminar las
impurezas químicas del carbón mediante un proceso
en el que se empleaba un horno que lo convertía en
coque. Tanto los Darby como otras empresas fueron
los pioneros de la metalurgia.
La revolución en la industria textil se centró en
la producción más barata de las telas de algodón. La
lanzadera voladora, un artefacto técnico que se aplicó
por primera vez a un telar de mano en Inglaterra en
1733, le permitió a un solo tejedor realizar el trabajo
que antes hacían dos. Los telares equipados con este
nuevo modelo de lanzadera consumían un puñado de
hilo a tal velocidad que un organismo privado, la London
Society for the Encouragement of Arts, Manufacturers
and Commerce (Sociedad Londinense para el
Fomento a las Artes, los Fabricantes y el Comercio),
ofreció un premio para quien propusiera una forma de
mejorar el hilado. James Hargreaves (fallecido en 1778),
ganó dicho premio en 1764 con su spinning jenny , que
constaba de una serie de husos engranados unos con
otros, de manera que se podían hilar ocho hebras
simultáneamente. Pronto se adaptó la energía
hidráulica a la spinning jenny y su rendimiento aumentó
a más de cien hilos de una sola vez. La final
emancipación de la industria de la poco confiable
energía hidráulica comenzó a ser evidente en la década
de 1760, cuando el escocés James Watt (1736-1819)
introdujo la máquina de vapor.
A pesar de que Inglaterra contaba con cerca
de ciento cincuenta hilanderías de algodón en 1789,
Ejercicios y sugerencias de aprendizaje número treintaicuatro
I. Lectura y análisis.
1.Leer cuidadosamente los dos materiales seleccionados para el estudio de este tema: “Desde los inicios de la
Revolución industrial hasta 1789” y “Qué fue la Revolución Industrial, e ir elaborando dos listas: una con las
características que tenía la producción antes de la Revolución Industrial, otra con los cambios que ocasionó
este trascendente fenómeno en los procedimientos de trabajo.
2. Formar equipos para comparar las listas mencionadas en el párrafo anterior y definir colectivamente cuáles
son los aspectos principales de la producción antes y después de la Revolución industrial.
DESDE LOS INICIOS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
HASTA 1789
Robin W. Winks*
138
Material de Apoyo Historia Universal I
las lanas y otros productos básicos todavía se
fabricaban a mano. El pleno desarrollo industrial no se
daría sino hasta que los canales y las vías de ferrocarril
facilitaran el transporte barato de carga pesada y hasta
que se superara la escasez de capital y de mano de
obra preparada. La dificultad que representaba fabricar
las piezas de precisión de la máquina de Watt también
retrasó su producción en grandes cantidades. Si bien
en el siglo XVIII se dieron muchos de los pasos iniciales
hacia la revolución industrial, fue realmente en el siglo
XIX cuando se aplicaron esas medidas en una escala
auténticamente revolucionaria.
El proceso de crecimiento económico.
¿A qué llamamos Revolución Industrial? La
palabra “revolución” indica un cambio no sólo profundo,
sino rápido. Si situamos la primera Revolución Industrial,
la inglesa, entre 1780 y 1850, abarcamos un
período de setenta años. Incluso hay historiadores que
fechan su origen hacia 1750, con lo que habría durado
un siglo.
GLOSARIO
Coque.- Combustible que se obtiene a
partir del carbón mineral.
139
Historia Universal I Material de Apoyo
Setenta o cien años no son precisamente un
período corto, de manera que la palabra revolución no
es quizás la más adecuada para definir cambios que
se produjeron a lo largo de tantas décadas. No obstante,
es lícito emplearla en el sentido de transformación profunda.
Los cambios económicos fueron tan grandes
que, aún dividiéndolos por setenta o por cien, cada año
arroja un saldo de progreso que cabe considerar
revolucionario.
El adjetivo “industrial” también plantea
problemas. ¿Significa que los cambios afectaron sólo
a la industria? La Revolución Industrial se ha identificado
a menudo con la aparición de fábricas donde se
producían grandes cantidades de tejidos de algodón y
de hierro gracias a la utilización de máquinas movidas
a vapor o al empleo de otros inventos técnicos. Esta
definición es sin duda restrictiva. Al industrializarse,
Gran Bretaña experimentó cambios no sólo en esas
dos industrias, sino en toda su economía. Esos cambios
permitieron el aumento de su renta nacional por encima
del aumento de su población.
El término Revolución Industrial debe, en vista
de todo lo expuesto, aplicarse al crecimiento de la renta
por habitante que algunos países experimentaron
desde finales del siglo XVIII hasta las últimas décadas
del siglo XIX.
Características económicas fundamentales
de la Revolución Industrial.
Primera: se aplicaron nuevas tecnologías a la
producción de bienes y de servicios. Estudiando la
relación de nuevas tecnologías utilizadas en la industria
y en los transportes entre 1700 y 1900 se observa
que no hubo un invento, sino muchos inventos que
elevaron la productividad del trabajo humano. No obstante,
el cambio tecnológico puede resumirse así: se
produjo mucho más mediante la utilización de máquinas
movidas con energía inanimada y se emplearon nuevas
materias primas más abundantes y eficaces que las
anteriores.
Segunda: surgieron poco a poco unidades de
producción distintas a las pequeñas explotaciones
agrarias y a los talleres artesanales. En el campo,
Ejercicios y sugerencias de aprendizaje número treintaicinco
I. Lectura y análisis.
1. Lee el siguiente texto y subraya las ideas mas importantes.
¿QUÉ FUE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL?
Antonio Escudero*
*Tomado de La Revolución industrial; México, Rei-México, 1990, pp. 33-36.
aparecieron explotaciones con mayor superficie. En la
industria, fábricas donde se concentraban y
encadenaban una tras otra todas las operaciones
necesarias para la elaboración de un producto y donde
los obreros se especializaban en las tareas requeridas
por cada etapa de la producción. Fue desapareciendo
de este modo el mundo de los pequeños productores
agrícolas y artesanales, sustituido por otro en el que la
tierra, las fábricas y la nueva maquinaria pertenecían a
capitalistas que contrataban mano de obra asalariada.
Todo ello también elevó la productividad del trabajo
humano. El sistema fabril, sin embargo, no se generalizó
con rapidez en todos los ramos de la industria. …
Tercera: se originó una especialización
económica de regiones enteras. Cada región dejó de
producir, como antes, un poco de todo. Nacieron así
grandes mercados nacionales e internacionales. Esa
especialización elevó asimismo la productividad del
trabajo.
Cuarta: este crecimiento económico supuso que
el valor de la productividad industrial y de los servicios
llegara a superar el valor de la producción agraria. …
Quinta: el crecimiento económico fue también
distinto a cualquier otro anterior, porque se convirtió en
sostenido. Cada año se produjo y se consumió más.
Es cierto que se dieron cortos retrocesos o crisis pero,
cuando la producción y el consumo se recuperaban,
siempre lo hacían por encima del nivel máximo
alcanzado antes.

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